Hola, José Antonio,
Tras la breve conversación del otro día al terminar el estreno, en el Teatro Barakaldo, de ‘El amor después de amor’, me quedé con mal de sabor de boca, por la duda de no haberme expresado adecuadamente. En resumen, te dije que deseaba ver la obra otra vez y seguramente te lo dije de forma ambigua porque no indiqué si eso era haber sacado una buena impresión o no. Por esa razón, deseo comentártelo más detenidamente.
La representación me interesó mucho. Más que mucho. Ya antes de verla, me había interesado al conocer el proyecto. Leí lo que encontré sobre ella. En el ajetreo diario, tampoco encontré mucho. Pero lo que encontré me provocó una mayor expectación. Había tres focos en mi interés: Respecto a la obra, 1.- el tratamiento del Alzheimer y 2.- una historia de amor contada por tres voces. Respecto al espectáculo completo, el ensamblaje (¿lo llamamos así?) con la obra plástica de Dora Salazar, a la que también estimo y admiro mucho.
Por lo tanto, acudí con una gran curiosidad. Con mucha más curiosidad de lo que habitualmente provoca la mayoría de los estrenos teatrales. Estuve a punto de ir al teatro con pajarita, como hago algunas veces para resaltar, para mí, el acontecimiento al que acudo. Pero, como soy persona tímida, me dio un poco de vergüenza.
Así que me senté en el patio de butacas, tras saludaros a Garbi y a ti. Afiné mis mil ojos, dispuesto a no perderme detalle y a comprender, en extensión y profundidad, el experimento artístico. Estuve en esa tensión, durante toda la representación. Sé que hay quien no recomienda esa actitud. Algunos aconsejan ir relajados y dejarse llevar. Quizá sea mejor. Pero cada uno va según su personalidad. Y la mía es ésta.
Ah! Sentado en el patio de butacas, me dio tiempo a leer las dos referencias de los dos programas de mano. La hoja de la función insiste en el aspecto de ser una historia de amor contada a tres voces y en lo de las muñecas rusas. La referencia del folleto del teatro con la programación de la temporada alude a la situación de la mujer en su velatorio, reconstruyendo su vida en un momento pongamos difícil de su estado mental. Era más o menos lo que yo había leído con anterioridad. Aunque todo confluye en lo mismo, quiero poner un poco de énfasis en el doble (¿diferente?) enfoque.
Estábamos en que me mantuve toda la representación con los mil ojos, intentando no perderme detalle y tratando de comprender todo el proyecto, deseando integrar el conjunto.
Aquí viene la explicación de lo que te dije que deseaba ver la obra otra vez con el propósito de lograr esos objetivos de no perderme detalle, de comprender todo el proyecto y de encajar todos los elementos.
En esta primera visión de la obra, me interesó, creo, más la narración a tres voces de la historia de amor. Bueno. Tres voces presentes. Pero también alguna voz ausente como la del hombre bueno. Asimismo me intereso la reconstrucción a saltos defectuosos de la memoria de la vida de la señora. Quizá me interfirió un poco. Me pareció como que en la reconstrucción de su vida completa quizá debía haber algunos otros acontecimientos que esa historia de amor, aunque sea tan interesante y profunda. Por lo tanto, para encajar esos dos aspectos, el cuerpo me pedía una nueva visión de la obra, con el fin de encontrar una cohesión armoniosa y perfecta.
Mis mil ojos estuvieron también pendientes de ver y comprender el engranaje entre la exposición plástica y la exposición teatral. Llamémoslo así, aunque la palabra exposición no sea la adecuada. Me pareció un experimento interesantísimo. Insisto interesantísimo. De un trabajo, además de muy valioso, muy intenso. Yo trataba de ir relacionando, coordinando, uniendo las dos narraciones. ¿Lo llamamos también así? Mis mil ojos trataban de multiplicarse, para no perder ni un colorido, ni una forma plástica, ni un gesto, ni un tono de voz.
José Antonio, en esta explicación, te he hecho una trampa, que seguramente es la explicación de mi reacción. Yo no tengo mil ojos. Sólo tengo dos, y una neurona oxidada que trata de coordinarlos. Por esa razón, yo deseo (necesito) ver otra representación de esta obra, que tanto me ha interesado. Pero este deseo (necesidad) es una muestra del gran interés que me ha despertado vuestro trabajo. Os felicito. Díselo también a Garbi y a Dora, por favor.
Un abrazo.
david barbero
DAVID BARBERO
La oferta escénica de este fin de semana en Bizkaia destaca por su variedad y por su calidad. Junto a interesantes estrenos teatrales se pueden encontrar buenas propuestas de danza, de ópera, de humor e incluso instrumentistas de renombre internacional.
ESTRENO MIXTO
‘El amor después del amor’ significa la unión del teatro y la escultura en un intento de llevar al público una indagación en imágenes sobre el mundo femenino. Los elementos escultóricos los pone la artista plástica e investigadora en nuevas formas de expresión, Dora Salazar. La parte teatral la ha elaborado y la coordina Garbi Losada y su compañía Ados. Participan tres actrices que representan otros tantos personajes de tres generaciones de mujeres. La mayor de ellas se sitúa ante su propio velatorio para contemplar, entre la vida y la muerte, cómo se reconstruye su propia trayectoria, cómo ha sido hecha por otros, cómo ella lo recuerda y lo que queda de ella en los demás. Esto sucede en el Teatro Barakaldo.
CLÁSICO CERCANO
Con ‘La verdad sospechosa’, la compañía nacional de Teatro Clásico, dirigida por Helena Pimenta, nos acerca los engaños, las mentiras y las fantasías de Don García, que escribió Juan Ruiz de Alarcón en el siglo XVII. Pasa por ser una de las piezas más perfectas y más divertidas del siglo de oro. Además de hacer reír por las equivocaciones y errores de interpretación, obliga a reflexionar sobre el mundo ilusorio en que vivían los personajes de entonces y los que ahora habitamos este mundo. Esto sucede en el Teatro Arriaga.
ÓPERA
‘Las Bodas de Fígaro’, una ópera bufa de Mozart, que cuenta con el texto de uno de los libretistas más destacados, Lorenzo da Ponte, ha agotado ya las entradas de los Teatros Serantes y Social. Además de ser una de las óperas más representadas en el mundo, está considerada como una de las más divertidas, y muy innovadora musicalmente. Destaca la riqueza y variedad de su orquestación.
BALLET
‘Sueño de una noche de verano’ en versión ballet, con música de Henry Purcell y coreografía de Tonny Fabre, es traído por Carmen Roche hasta Barakaldo. Posee una visión muy actual para vincular los temas esenciales como la vida, la muerta, el amor, la ira o la envidia, con el mundo mágico, la fábula y los trucos de la magia.
TERAPIA DE HUMOR
Les Luthiers se acercan hasta el palacio Euskalduna con su ‘Lutherapia’. Toman forma de una consulta de psicoanálisis en la que se hace un repaso a sus casi 50 años de trayectoria. El resultado es que su característico humor se confirma como un medicamento de remedio universal.
En el pabellón 6, siguen los estrenos de su factoría. Están presentes la nueva comicidad de ‘Godot’ y el valiente planteamiento rompedor de ‘Fausto, ciudadano ejemplar’. Hasta el Arriola Antzokia, llega ‘Hamlet’ en euskera. En Getxo, están ‘Sexpearemente’. ‘Los cuentos de la mar serena’ copan los títeres de los domingos en el Teatro Campos Elíseos. Todo esto, entre otras cosas.
-Vi ayer en el teatro Arriaga de Bilbao la representación de ‘La verdad sospechosa’ de Juan Ruiz de Alarcón por la Compañía Nacional de Teatro Clásico. La versión es de Ignacio García May y la dirección de Helena Pimenta.
-Comencemos con números. Hay catorce intérpretes. También, hay dos pianistas que se turnan. En cuanto al equipo de producción, no conté a todos los que aparecen en el programa de mano.
-En el mismo programa de mano, aparecen todos los que forman parte de La Compañía Nacional de Teatro clásico. Toda una página en letra pequeña. Hay asesores, adjuntos, jefes, coordinadores, secretarias, conserjes. Hay de todo.
-¡Como debe ser!
-Otro comentario que se puede hacer es que unos tanto y otros tan poco.
-¡Estamos con ‘La verdad sospechosa’! Es una denuncia de la mentira generalizada.
-Insistamos en que está muy bien representada. Por todos. Absolutamente por todos. Helena Pimenta, como directora, hace un trabajo muy bueno. Cuida todos los detalles.
-Yo no me olvidaría de un aspecto que puede parecer secundario, la coreografía. Un ejemplo. Hasta la salida a saludar estaba coreografiada con pasos de baile.
-A mí me interesó la actualización que se hace de los hechos, colocándolos a principio del siglo pasado. Yo vi un intento de hacer ver que el mundo de la mentira y el engaño continúan de total actualidad.
-Entonces, si se deseaba esa total actualidad. ¿Por qué no se ha colocado en estos mismos momentos? El señor Ruiz de Alarcón la colocó en el momento en que fue representada. Quizá ése es el objetivo del teatro. Debe conectar con los problemas de la realidad actual.
-Me gustaría decir algo sobre el verso. Los actores hacen un gran esfuerzo para decirlo con naturalidad y que se entienda. Sin embargo, hay frases muy retorcidas y muy largas, con varias subordinadas. Son difíciles de decir y de comprender. De la misma manera que se actualiza la acción, ¿No se podrían peinar esas frases? Figura un autor de la versión actual.
-Digamos, para concluir, que el teatro estaba lleno y que la gente salía diciendo muchas alabanzas. Así que tus comentarios los ponemos entre paréntesis.
-Reconozco que es apropiado el calificativo de sainete negro para la obra ‘Vitalicios’ de José Sanchís Sinisterra.
-La vi ayer en el Teatro Social de Basauri, bajo la dirección de Yayo Cáceres con la interpretación de Cecilia Solaguren, Candela Fernández y Ricardo Reguera.
-¿Sabes si la definición de sainete negro pertenece al propio autor o se lo ha puesto el director u otra persona?
-De todos modos, es adecuado. Resalta la ironía hacia la burocracia oscura y deshumanizada. Despiadada, más bien. Maquiavélica, feroz, irracional, fascista, miserable …
-Es una obra pequeña en dimensiones, pero larga en intenciones.
-En esto tiempos, las cosas cortas se agradecen.
-Entonces, pongo punto y final.
-En estos tiempos se agradece que haya espectáculos que se preocupan más del contenido, de lo que se quiere decir, del llamado mensaje, de las ideas, de la intención que de determinados aspectos formales.
-¿No querrás decir que el montaje de ‘Tomar partido’ no cuida los detalles?
-No quiero decir eso.
-El trabajo del director Pedro Álvarez Ossorio es muy notable. Y la representación cuenta con buenos intérpretes. Quizá haya que destacar a Roberto Quintana y a Antonio Dechent. Pero todos están bien.
-Lo que quería decir es que ‘Tomar partido’ es un proyecto ideológico. Tiene una mentalidad, una intención, un propósito enmarcado en el mundo ideológico.
-Me alegro de que no hayas utilizado la palabra ‘político’. Está muy devaluada.
-Es una pena que el público no haya respondido como correspondía.
– Me han dicho los que están atentos a la asistencia de público, que se nota que ahora el público no quiere pensar. Prefiere la diversión.
-¡Ah! No sé si he dicho que vi esta representación de ‘Tomar partido’ de Ronald Harwood en el Teatro Campos Elíseos de Bilbao.
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