Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 23 enero 2021 - 11:51 pm
Categoría: General

David Barbero

-Esta tarde, he acudido a la sala La Fundición de Bilbao para ver, de nuevo, ‘Solitaire’ de Marta Urcelay como intérprete única, Bea Insa, como directora y Ángel Mirou como autor. La vi el día del estreno en Pabellón 6 hace unos meses. Hoy deseaba ver cómo va su evolución.
-Sé que no es frecuente acudir de nuevo a las obras ya vistas. Pero yo lo aconsejaría. Las artes escénicas muestran piezas vivas y dinámicas. En evolución. La representación nunca es igual. Las obras van creciendo, madurando. Casi siempre lo hacen para bien, aunque haya excepciones.
-Esta tarde, he tenido casi la sensación de presenciar una obra nueva. Las características de ‘Solitaire’, ayudan en ese sentido. Es una pieza que propone elementos diferentes y complementarios. Se presentan unos como relacionados con el personaje y otros que corresponden a sus fabulaciones. No siempre existe una clara diferencia entre ellos. Eso permite, y obliga, al espectador a ir construyendo el personaje y las historias.
-El texto Ángel Mirou es tan hábil y sugerente que te proporciona la posibilidad de jugar a distintas combinaciones. De esa manera, la obra se convierte para el espectador en una participación activa de especial interés.
-En la representación de esta tarde en La Fundición, se ha podido notar una mayor seguridad en el desarrollo de la obra. Los días de estreno suelen estar presididos por las inseguridades. La tensión inaugural proporciona un plus emotivo. Pero no siempre la serenidad necesaria. Se sigue notando la rigurosa mano directora de Bea Insa. Marta Urcelay se muestra con más dominio en el conjunto de su interpretación y en cada matiz de la misma. Incluso se puede vislumbrar que, con el permiso de la directora, lo llevará progresivamente con más desenvoltura e identificación.
-Como veis, motivos y ventajas hay para no dar una obra de teatro por vista definitivamente.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 22 enero 2021 - 12:51 am
Categoría: General

David Barbero
-He decidido prolongar el insomnio durante unas horas. Las suficientes para alargar el disfrute, esta tarde en el auditorio del Azkuna Zentrum, del exquisito espectáculo ‘Goldberg: Variations’ de Bach, a través del pianista y compositor Dan Tepfer, enriquecido por la compañía de danza Mal Pelo.
-Aunque algunos la pongan en duda, yo defiendo la leyenda de que Juan Sebastián Bach compuso estas variaciones para que el instrumentista Goldberg entretuviera al conde Von Keyserlingk en sus noches de insomnio. Así que supongo que la pieza sirve para contagiar ese agradable estado. Y si va acompañada de la danza, los movimientos, los gestos, las expresiones, la elegancia, la delicadeza y la perfección de ‘Mal pelo’, la prorroga se convierte en deleite.
-Los miembros de esta compañía investigadora e innovadora de la danza dan la sensación de hallarse en un insomnio permanente de creación constante. Sobre todo los infatigables María Muñoz y Pep Ramis, como máximos responsables. Bach es uno de lo que les quita más el sueño. Hace unos años, realizaron el solo de María con ‘Bach’. Ahora están con estas delicadas variaciones. Y tienen preparado ya el estreno de ‘Highland’, para completar la trilogía que tenía en la cabeza.
-En sus ya tres décadas de trabajo creativo, investigador e innovador, han recorrido un fructífero y fecundo camino. Han puesto en cuestión y han experimentado sobre la esencia misma de la danza. Sobre las artes escenas. Sobre la naturaleza del arte. Han diseccionado elementos y sintetizado géneros. Han mezclado artes y fusionado estilos. Han colaborado con muchos artistas polifacéticos. También poetas y escritores. Se han enriquecidos todos mutuamente. En la actualidad, siguen tan jóvenes y buscadores como siempre, convencidos de que, por delante, les espera todavía más de lo que tienen ya en la espalda.
-En estas ‘Goldberg: Variations’, han estado, esta tarde, presentes más que Bach y Dan Tepfer. También se hallaban John Berger y Juan Gelman. Pero sobre todo, estaban los siete magníficos bailarines. Han transmitido emociones, viviéndolas ellos mismos. Han evidenciado su maestría y calidad en movimientos, gestos, desplazamientos, piruetas difíciles, pasos perfectos. Han establecido diálogos entre lo sonoro y lo visual. Han jugado con agilidad y exactitud. Se han enfrentado y han rivalizado en las variaciones propias. Han estado sincronizados en las colectivas. Han hipnotizado en solitario. Se han unido en conjuntos simétricos y asimétricos.
-No hay que dar menos valor a su labor como intérpretes, su complicidad, la vivencia emocional de cada movimiento y cada gesto. Los golpes de humor. La utilización artística de objetos. La exactitud en la iluminación. El cuidado en la sincronización de entradas y salidas. De los arranques y las terminaciones. ¡Ah! La elegancia y armonía en el decorado. Su eficacia y expresiva austeridad.
-Todos esos detalles y cuidados hacen que el espectáculo sea exquisito y de gran calidad. Una ‘delicatessen’ para gustos delicados, decía a mi lado una coreógrafa local. Eso, unido a su innovación y su modernidad. -Una productiva y gratificante oportunidad para disfrutar, ofrecida en el auditorio del Azkuna Zentrum, por la compañía Mal pelo con estas ‘Goldberg: Variations’. ‘Un privilegio’, añadía una bailarina muy joven. Y a la vez, una ocasión para integrarse en los procesos de búsqueda artística e innovación de tan alta calidad.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 18 enero 2021 - 12:25 am
Categoría: General

David Barbero
-Cuando esta tarde me encaminaba, bajo el paraguas, hasta la sala La Fundición de Bilbao, tenía la sensación, y la información, de ir a participar en una inmersión artística.
-Marco Flores, bailaor y coreógrafo vital e innovador, unido en igualdad de propósitos a José Almarcha, guitarrista de referencia en lo clásico y en lo flamenco, se iban a sumergir en un mundo cultural que admiran, para crear y disfrutar allí, a su propio estilo, con el baile flamenco y con la guitarra.
-Ese mundo cultural elegido es el del primer tercio del siglo XX. Ellos lo llaman el siglo de plata por su gran calidad. Allí están Falla, Granados, Sabicas, Antonio José Martínez Palacios y Scarlatti. Y también- ¡cómo no! – se halla Federico García Lorca. A esa inmersión, la han titulado ‘Milonga, sonata y plata’.
-Así que he decidido sumergirme con ellos en esa aventura artística. Enseguida, me he dado cuenta de que un buen número de otras personas- la sala estaba llena – había tomado la misma decisión.
-Se notaba porque, desde el principio, estábamos ya en actitud de entrega y participación. La única duda es si era una decisión nuestra individual o habíamos sido seducidos por la salida libre, abierta y rítmica del bailaor. E inmediatamente fue consumada por la aparición potente y rotunda del guitarrista.
-Ya habían dejado claro que cada uno de ellos participaba con personalidad propia e independencia. Pero a la vez, con coordinación y complicidad. Así que era el ejemplo para que nosotros siguiéramos el mismo camino, con similar autonomía, en pareja coordinación y con igualdad de propósitos.
-No se trataba de recordar las palabras de Federico. Ni los ritmos o melodías de Falla y Granados. Había que dejar libre a la imaginación, a los sentidos y al cuerpo para que sintieran o fueran creando su propia sonata o su milonga.
-Cada poco tiempo, uno se sentía estimulado por movimientos más rítmicos. O por sonidos más fuertes. O por las luces o por las medio tinieblas. O por toques de humor cómplice. Eran apoyos para profundizar en la inmersión.
-En un momento determinado, te sorprendías de la capacidad flamenca que puede salir de la característica voz de Leonard Cohen. O alucinabas por el colorido y las formas ondulantes que son capaces de producir los abanicos de fuego rojo.
-Os puedo decir que hasta los saludos y aplausos finales se han hecho espontáneos a ritmo de las palmas y el zapateado nuestro Como si todos continuáramos inmersos en la ‘milonga, la sonata y la edad de plata’.
-Cuando, después, he vuelto desde La Fundición hasta casa, también bajo el paraguas, me ha parecido que me había dejado allí la cabeza y los sentidos. O quizá me había traído las emociones.
-¡Toda una aventura!

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 17 enero 2021 - 12:10 am
Categoría: General

David Barbero
-Me habían recomendado que estuviera atento al nuevo espectáculo de danza contemporánea titulado ‘#56’ de la compañía-laboratorio Dantzaz. La recomendación insistía en que sus propuestas suelen ser interesantes. Pero que ésta tiene especial valor y atractivo.
-Así que esta tarde he ido a verlo en el Teatro Barakaldo. El equipo rector de este teatro, mayoritariamente femenino, suele estar muy atento a este tipo de iniciativas artísticas. Tiene un especial ojo, y también corazón, para la danza.
-Dantzaz es un centro de creación coreográfica internacional. Está situada en la zona transpirenaica, en la nueva euro-región que engloba Aquitania, Euskadi y Navarra. Algunos lo definen como una compañía joven patrocinada y experimental. Tienen fama de desarrollar su trabajo, también el formativo, con rigor, ideas innovadoras y preparación tanto técnica como artística. Sus jóvenes miembros son requeridos muy pronto por compañías internacionales de prestigio.
-El programa preparado especialmente para el Teatro Barakaldo ha constado de tres piezas muy cuidadas. La responsabilidad coreográfica ha sido de Martine Hamague y Sade Mamedova. Son ya reconocidas, pero también jóvenes,
-‘Los esclavos felices’, utiliza la música de la obertura de la opera del mismo nombre compuesta por Juan Crisóstomo de Arriaga. Refleja cómo en los tiempos actuales también se puede ser falsamente feliz permaneciendo esclavo por gustos o necesidades artificiales. Tiene un ritmo endiablado. Hay colorido, humor y complicidad irónica. Incluso picardía. ¡Qué moderna me ha parecido la música de Arriaga!
-’Thirty’. Hace referencia a otro grave problema actual a escala mundial: las migraciones forzadas y los exilios forzados. Crea preocupaciones sobre la identidad. Sobre la globalidad. Tiene referencias cromáticas con recuerdos de Kandinsky. Juega con el ritmo. Posee momentos emotivos. Contagia la solidaridad y el afecto.
-La pieza más larga lleva el título de ‘Walls’. La traducción directa es muros. También se refiere a prohibiciones de paso, imposibilidad de comunicarse. Opresión mediante violencia. Hay alusiones directas al muro promovido por un presidente rubio teñido y ambicioso. No se queda ahí. Hay búsqueda de respuestas, escaladas, luchas, saltos. La búsqueda de la libertad. Bailes, amor. Crea un campo emotivo muy fuerte y rico.
-Constituye un ejemplo de la armoniosa utilización de todos los recursos de la danza, del ritmo, de los gestos, las expresiones. A veces se convierte en performance. Se utilizan palabras, por su significado y por su sonido. Un cuidado juego de las luces, y también de las sombras, acompaña en la intensa transmisión de las emociones. La expresividad. El dominio del cuerpo y cada una de sus partes. La elasticidad, la fuerza, el ritmo, la armonía.
-Al final se ha producido uno de los más largos y sentidos aplausos. Han tenido que apagar las luces del escenario para que terminara. Era muestra de la estrecha y emotiva relación que se ha establecido con el numeroso público asistente. Ah, mayoritariamente joven y femenino.
-Yo he agradecido muy sinceramente el consejo de que no se me ocurriera perderme este espectáculo. En correspondencia, no puedo más que hacer lo mismo con vosotros. Tenedlo en cuenta. El titulo es ‘#56’. Y la compañía – laboratorio, Dantzaz. Sería un error, de verdad, no prestar toda la atención.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 16 enero 2021 - 12:11 am
Categoría: General

David Barbero
-Esta tarde, he acudido al Teatro Serantes de Santurtzi casi embargado por los nervios, emociones y recuerdos. Después tantos meses de confinamiento y pandemia. Tras anular reservas por colateralidades y perímetros arbitrarios.
-Llevaba realmente ganas de ver la obra ‘Don Quijote somos todos’. Conocía el texto por haber tenido la oportunidad de leerlo y analizarlo para certámenes y publicaciones. Con esas lecturas, se me habían puesto hasta los dientes largos por la curiosidad.
-A todo esto, se unía el (casi) mono particular de volver a ver al admirado José Luis Esteban sobre un escenario. En esta obra, lo es casi todo: autor, intérprete, impulsor, y hasta el mismo personaje reencarnado.
-No era yo el único. El teatro ha tenido una ocupación generosa, dadas las restricciones a las que nos estamos acostumbrando con peligro para nuestra salud también mental. En el patio de butacas, ha habido constantes manifestaciones de agrado, gusto y satisfacción durante la función. Se han reído los chistes, se han captado las ironías y se ha disfrutado de las complicidades. Al final, ha sido unánime, espontáneo y muy justo el reconocimiento a los méritos realizados sobre el escenario.
-‘Don Quijote somos todos’ es una obra llena de ingenio, sabiduría, escepticismo, esperanza, resignación, denuncia, y grandeza en el corazón. Se refiere, en concreto, al culpable olvido en que se tiene a un pueblo, el que vio nacer al ingenioso hidalgo. Pero hay muchos pueblos representados en él. Y también ciudades. Sobre todo descubre personas, individuos, seres humanos con fuertes y recios valores, que no merecen ese trato y esa utilización para otros intereses. Se dicen en ella eso que llaman ‘verdades como puños’. Se hacen denuncias que deberían avergonzar a quienes no tienen vergüenza. Se envuelve todo en un humor sutil e inteligente, que hace más eficaz la crítica.
-Es una defensa del idealismo. Una búsqueda del sueño utópico. Un rechazo del conformismo, de la aceptación de la derrota o la rutina o la vulgaridad de lo cotidiano manipulado. Una repulsa a los engaños oficiales y a las excusas de la pereza fácil. Termina con un canto al entusiasmo, aunque sea una locura mantenerlo.
-La producción es de la compañía aragonesa El temple. Un grupo emblemático de artistas, y de personas, por su trabajo, talento, dedicación, esfuerzo, calidad y estilo propio. Destacan por su muy digna y natural humildad, su infatigable fe en el teatro y su entrega impagable. Siguen manteniendo la estructura y la unión del grupo. No se resignan a abandonar su trabajo artesanal, detallista y continuado. Se nota en su cohesión y su complicidad interna.
-Esta obra es un auto homenaje por sus veinticinco años de trabajo, perseverancia y talento. Están todos los miembros. José Luis Esteban en la autoría y la interpretación. Carlos Martín como director y actor. María López Insausti, como productora. Minerva Arbues, Félix Martín, Francisco Fraguas, Irene Alquezar y Gonzalo Alonso. ¡Chapeau, por ellas y ellos!
-Permitidme que muestre mi debilidad por José Luis Estaban. La maestría, el talento, el trabajo, la meticulosidad, los detalles, los gestos, los tonos, los cambios en la voz y el movimiento, la naturalidad, la complicidad. Cualquier día el ingenioso hidalgo levanta la cabeza para imitarle.
-O quizá haya estado hoy en el teatro Serantes como homenaje a estos quijotes de ‘el Temple’.

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