Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 6 marzo 2023 - 12:08 am
Categoría: General

David Barbero

-Tras asistir esta tarde a la representación de ‘Las que fueron silencio’, que se ha estrenado este fin de semana en el Teatro Arriaga de Bilbao, sigo decidiendo si se debe definir como un homenaje a las mujeres que fueron silenciadas y maltratadas durante la guerra y la dictadura, franquista o si es  una denuncia de esas injustificables agresiones. Creo que esta obra reúne ambas consideraciones.

-Las protagonistas  son cinco mujeres que fueron encarceladas durante el comienzo esa brutal dictadura. Se exponen las torturas, las humillaciones recibidas, los maltratos sufridos, las vejaciones a que fueron sometidas y sus asesinatos. Eran mujeres vascas. También son símbolos representativos de un numero muy elevado de mujeres de diversas geografías que sufrieron las mismas agresiones y violencias.

-La denuncia y el homenaje están perfectamente justificados, a pesar de tiempo trascurrido ,y son muy oportunos precisamente en estas fechas.

-Teatralmente, quizá sea preciso decir que el texto está dibujado con trazos muy gruesos, sin originalidad, quizá escrito con palabras tan repetidas que han perdido fuerza. Los personajes puede que sean monolíticos, sin desarrollo psicológico. Quizá la acción dramática queda oscurecida en la reiteración de un mismo discurso.

-El director Javier Hernández Simón, con su experiencia y calidad, plantea el montaje dando consistencia a los diferentes momentos, proporcionando actividad, poniendo énfasis en las emociones, desarrollando incluso juegos estéticos con movimientos y actitudes dinamizadoras, para compensar las debilidades aludidas.

-Ese mismo esfuerzo y esa entrega total son compartidas y ejercitadas por los intérpretes en todos los momentos de la representación. Los cinco  personajes femeninos de las victimas son encarnados con fuerza y credibilidad por las actrices Itxaso Gil, Irene Bau, Itxaso González, Vene Herrero y Lucía Lasarte. La siniestra monja corre a cago de Nagore Navarro. Los actores Gabriel Ocina y Unai Izquierdo, completan el reparto encarnando personajes masculinos del sacerdote y el brutal director de la cárcel. Es de justicia destacar su trabajo y su meritorio esfuerzo en la encarnación de sus difíciles personajes.

-El mismo reconocimiento merecen Gorka Martín, como escenógrafo; Betitxe Saitua, en el vestuario; Alaine Arzoz, en la iluminación, Álvaro Renedo, en el espacio sonoro, y el resto de los participantes.

-Resulta también de justicia valorar la positiva actitud del numeroso público, por la atención durante el desarrollo de la obra y el entusiasta aplauso al finalizar.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 5 marzo 2023 - 1:37 am
Categoría: General

David Barbero

-La representación de ‘La voluntad de creer’ de Pablo Messiez esta tarde-noche en el Teatro Barakaldo ha sido una nueva demostracción de que las piezas creadas por este autor y director son especiales y diferentes en muchos aspectos. De modo especial, por el impacto emocional que producen intencionadamente en el espectador.

-He comenzado utilizando la palabra ‘representación’. Ha sido un error. Lo que escribe, lo que dirige, lo que ‘hace’ Messiez no es eso. No se representa, ni se escucha, ni se ve desde el patio de butacas.

-Messiez te obliga a una inmersión. Una fascinación. Quizá una abducción. Desde el principio, te transporta, te saca de tus esquemas mentales y emocionales. Te hace pensar y sentir con otros criterios y a través de otras coordenadas.

-Incluso, lo hace antes del principio. Cuando tú entras en el teatro, sus actores ya están actuando. Así te encuentra con las defensas desactivadas y logra más fácilmente llevarte a su terreno. Una vez que  te ha enganchado, ya no te suelta. Yo llevo ya en casa un rato. Pero me sigue martilleando dentro la dichosa ‘voluntad de creer’.

-No se limita al juego teatral estético que se mueve dentro de los códigos escénicos establecidos. Messiez lo plantea como una aventura en la que hay que participar e implicarse. No sé si lo haces voluntariamente o te lleva de la oreja sin que tú lo notes. Me viene a la mente el concepto activo de ‘catarsis’ que ya utilizaban los clásicos griegos para expresar la transformación interior que se experimenta en esos ritos.

-El título de ‘La voluntad de creer’ lo toma el autor y director de la película ‘Ordet’ de Carl Theodor Breyer, que a su vez lo había sacado de la pieza teatral ‘La palabra’ de Kaj Munk. Ya situado en un discurso alejado de la habitual lógica aristotélica, te hace caminar por una reflexión emocional, íntima y profunda. Introduce en tí la dicotomía y, a la vez, necesidad de la voluntad de la fe. La exigencia activa de ambas para lograr la verosimilitud, la fascinación, la atracción, la inmersión, a la que hemos aludido antes, como objetivo de esta experiencia teatral. Parece que comienza por la religión. Parece también que se detiene en la metáfora de la mentira y del teatro. Pero llega más allá hasta las entrañas mismas de la vida.

-Para lograr todo esto, Messiez cuida, atiende y mima todos los detalles, hasta los más insignificantes. Por supuesto, las palabras. También los gestos, los movimientos, la luces, las sombras. La creación de ambientes es, desde luego, un aspecto fundamental. Y lo es el espacio escénico. Y la iluminación. Y la evolución del vestuario. Junto a la parte visual, la sonora debe estar al mismo nivel e idéntica meticulosidad.

-Después de destacar todo esto, puede resultar redundante insistir en el cuidado que pone en la selección de los intérpretes. Y una vez  seleccionados, el meticuloso trabajo que realiza con cada uno. La exigencia. Lo mucho que ellas y ellos deben aportar. Ya hemos indicado que no se trata de representar. Les obliga también a ellos a ir más allá. Cuida mucho la relación con el público. Con cada espectador. La transmisión de emociones. La comunicación.

-Es obligado citar a todos y destacar su extraordinario: Marina Fantini, Rebeca Hernando, María Jáimez, José Juan Rodríguez, Iñigo R. Claro y Mikele Urroz.

-La misma injusticia se haría si no se citara al mal llamado equipo técnico. El espacio escénico es creación de  Max Graenzel. La iluminación, del muy reconocido Carlos Marquerie.  Del sonido, se ha encargado Iñaki Ruiz Maeso. Y el vestuario ha sido realizado por Cecilia Molano.

-Después de escribir todo esto, tras asistir a la ‘inmersión’ de ‘La voluntad de creer’ en el Teatro Barakaldo, estoy convencido que he sido incapaz de haceros ver lo que ha significado  trabajo de Pablo Messiez, esta tarde sobre el escenario del Teatro Barakaldo.

-Vuelvo a deciros que ‘la voluntad de creer’ me sigue golpeando dentro.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 4 marzo 2023 - 1:24 am
Categoría: General

David Barbero

-Acabo de ver en el palacio Euskalduna de Bilbao y dentro del festival Música-Música, la representación de la mini ópera ‘El teléfono:L’amour a trois’. Adelantaré mi buena impresión y mi valoración positiva de su montaje en la búsqueda de nuevos caminos para las representaciones operísticas.

-Intencionadamente, he aludido a la representación y al montaje. La endeblez del argumento y las limitaciones musicales, ambas del italoamericano Gian Carlo Melotti, son generalmente atribuidas a ser primerizas, ligeras y de escasa ambición.

-Es muy posible que estas debilidades den todavía más mérito a la originalidad, la sorpresa, la modernidad y la valentía de la puesta en escena, la escenografía y también en la programación de este espectáculo.

-La programación de la ópera ‘El teléfono’ dentro del festival Música-Música’ de Bilbao tiene ya numerosos alicientes. Es la primera vez que se presenta una opera en este festival. Otro valor es haber elegido una composición moderna dentro de los criterios operísticos. Además, trata un tema de absoluta actualidad, incluso mayor que en el momento que fue compuesta.

-La incorporación de la ópera en la muy intensa y variada programación de Música-Música es una muestra de su propósito, mejorado año tras año, de convertir este festival en una fiesta sonora total. Este año, con el titulo genérico de ‘Notac & Letrac’ se ha tomado como objetivo el dialogo de compositores y escritores de diversas épocas y estilos, contrastando, a la vez. la diversidad y la unidad de todas las artes.

-Esta ópera, cómo se sugiere en el título, hace referencia a la adicción al teléfono que ya existía hace casi ocho décadas y ahora se ha convertido en pandemia. Es una pieza de carácter cómico en un acto. Tiene como protagonistas a una pareja cuyas relaciones sentimentales se ven afectadas por el abuso de ese dichoso aparato.

-En esta ocasión, la dirección musical ha correspondido a Iván Martín. Los protagonistas han sido la soprano Ruth Gómez y el barítono Jan Antem, que han estado acompañados instrumentalmente por el Ensamble Galdós. Todos han realizado un trabajo muy meritorio, que ha sido reconocido con cálidos aplausos por los asistentes.

-La dirección de María Goiricelaya ha puesto especial énfasis en acercar esta ópera a la actualidad y al público de este momento. De modo más concreto a los jóvenes. Ha prestado una cuidada atención a crear un espacio escénico contemporáneo y cercano, así como al movimiento interpretativo. Con el apoyo del muy reconocido escenógrafo José Luis Raymond, ha convertido todo el teatro, incluido el escenario y el patio de butacas, en un inmenso gimnasio. Ha planteado la acción mientras los clientes realizaban sus ejercicios.

-Ese original e innovador planteamiento ha proporcionado al espectáculo operístico una cualidad de cercanía, de actualidad, eliminando las habituales rigideces, distanciamientos e inmovilismos utilizados en ese género.

-Así que es merecido el reconocimiento de la originalidad, innovación, valentía y buen hacer de los citados María Goiricelaya, como directora escénica, José Luis Raymond, por la escenografía, Iker Olabe por el espacio sonoro, David Alkorta, por la iluminación y  Nerea Torrijos por el vestuario. También a los entrenadores y gimnastas participantes.

-Por los comentarios escuchados al terminar la representación, este montaje de ‘El teléfono’ ha sido muy bien recibido por los asistentes y por quienes buscan nuevos caminos en la representación de la ópera.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 3 marzo 2023 - 12:00 am
Categoría: General

David Barbero

-Acabo de llegar a casa desde el Azkuna Zentroa de Bilbao. Allí he visto un espectáculo de difícil clasificación, para mí, titulado ‘One night al te golden bar’. Todavía se mantiene el impacto por la novedad y la sorpresa sorpresa de lo presenciado.

-Se trata de la ultima creación del andaluz Alberto Costés. Es una dramaturgo, director de escena y performer. Desarrolla un lenguaje artístico propio, sutil, atractivo y hasta seductor. Lo une a una escenificación en la que mezcla texto, movimiento, canción e interrelación con el público de forma llena también de sutileza e intención seductora en el mismo tono. Todos estos elementos van aderezados con una suave y a la vez provocativa libertad. Incluso sugiere un contenido teórico de reflexión a veces autobiográfica. Asimismo incorpora un sentido poético muy particular.

-En esta ocasión, presenta lo que llama una declaración (semi)cantada. Ya el título del espectáculo hace referencia a una canción del mítico grupo Mecano. Plantea la situación del encuentro ocasional de una pareja en un bar íntimo, misterioso y sugiere las relaciones que allí pueden nacer o desarrollarse.

-El espectáculo habla sobre la fragilidad del cuerpo que se halla en permanente tensión entre el discurso quuer y el amor romántico. Parte de la imagen de un ángel para, desde ella, plantear cuestiones como la masculinidad no habitual, la identidad interior, la contradicciones personales y las fragilidades mentales. Sin necesidad de una manifestación explícita, se trasmite la reivindicación de libertad y la denuncia de los reproches y las condenas.

-Ya desde el principio he aludido a la dificultad para clasificar y definir el espectáculo. Quizá en el intencionado apoyo sobre ese intencionado misterio y esa (sólo) aparente fragilidad puede basarse el sutil y, a la vez, potente atractivo de ‘One night at golden bar’ y también del propio Alberto Cortés, cada vez con más recursos expresivos.

-Sería una injusticia terminar el comentario sin valorar muy positivamente el muy cuidado ambiente sonoro y la ejecución musical, y al resto del llamado equipo técnico, que colaboran en la muy buena factura del espectáculo.

 

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 27 febrero 2023 - 1:38 pm
Categoría: General

David Barbero

-Comienzo con un apunte personal. En varias de las conversaciones que hemos mantenido, ya que nos conocemos de que coincidimos en nuestros años universitarios, le he oído decir al actor Josep María Pou que él se ha ido preparando durante toda su trayectoria para ser el actor que es ahora. Que ha ido acumulando experiencias, aprendizajes, detalles, correcciones, descubrimientos, dudas, incluso equivocaciones, para ir mejorando. Y que, en este momento de madurez, nota esa acumulación de recursos. Incluso, ha concretado que estaba teniendo esa sensación al encarnar estos pasados meses el muy rico y complejo personaje central de ‘El pare’ en el teatro Romea de Barcelona.

-Este fin de semana, con ocasión de un viaje familiar a Barcelona, he tenido ocasión de ver una de las ultimas representaciones programadas, por ahora, de ‘El pare’  en este teatro barcelonés. He escrito ‘por ahora’, ya que existen planes de próximas giras.

-El texto, como es sabido, pertenece al escritor, dramaturgo y guionista parisino Florian Zeller. Esta función está dirigida por Josep María Mestres. En el reparto, Pou está acompañado por Rosa Renom, Victoria Pagés, Josep Julien, Pep Pla y Miireia Illamola.

-Como el título indica, trata sobre un padre ya mayor, que afronta su proceso de decadencia física y mental. Su memoria comienza a hacerse líquida. Los recuerdos, de confusos pasan a estar vacíos. Tiene dificultades para conocer a los que le rodean e incluso para reconocerse a sí mismo, en un proceso de deterioro y retroceso que le devuelve hasta el seno materno.

-Es este anciano Andreu un personaje lleno de matices, de cambios, de dudas. Pide diferentes registros interpretativos cada muy poco tiempo. Sus falsos o débiles recuerdos chocan con la realidad a cada paso. Está lleno de incertidumbres y es incapaz de afrontarlas. Él se opone, se resiste, se enfada. Pero tiene ya la batalla perdida.

-Un personaje con esa variada riqueza en lo físico y en lo psicológico es una oportunidad y también un grandísimo reto. Es preciso haber acumulado mucha cantidad y mucha precisión de recursos para poder matizar todas sus reacciones. Y es también necesaria una gran agilidad física y mental, una especial rapidez en los reflejos para utilizarlos en el momento exacto, en la medida precisa, en la dimensión ajustada.

-Con todas esas cualidades, Pou encarna un padre frágil, vulnerable, superado por la realidad. Pero también, deseoso de no terminar vencido, con la valentía que le queda, hasta con una buena dosis de rebeldía. Habría que añadir un aspecto creo que destacado en la interpretación. Andreu no es un gran héroe lleno de grandiosidad teatral. Pero tiene su dignidad, su grandeza, su fuerza dentro de la evidente decadencia. En esos matices intermedios, ambiguos, polivalentes, también de detalle, es donde Pou está absolutamente exacto y preciso.

-Ah¡ Hay otro aspecto digno de destacar que está muy matizado en la interpretación de Pou y también en la dirección de Mestres. Es el humor. La obra es definida como farsa trágica. Con muchos elementos cómicos. Desde luego, no de carcajada sonora. Pero sí de media sonrisa. A veces, aderezada de ironía o de amarga nostalgia. También cuestión de matiz, de equilibro en el tono, de medida en el gesto, de precisión en las expresiones.

-Es de justicia decir también que José María Pou está bien rodeado en esta función. Ya he aludido a la sutileza en la dirección de Mestres. El tono interpretativo es muy elevado. Además, muy encajado en un conjunto cómplice. Es preciso destacar en el grupo a Rosa Renom, en el papel de hija.

-Os cuento todo esto con el fin de que vayáis anotando en vuestro disco duro el título de ‘El padre’, con José María Pou, que estará dentro de unos meses en vuestro teatro cercano. A mi juicio, sería un error dejarlo pasar sin verlo.

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