Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 7 enero 2023 - 12:16 am
Categoría: General

David Barbero

-Con el título que he puesto a este comentario, deseo manifestar mis dudas sobre el espectáculo ‘El beso de la mujer araña’, interpretado por Eusebio Poncela y por Igor Yebra, bajo la dirección de Carlota Ferrer en el Teatro Arriaga de Bilbao.

-Hace casi medio siglo, la publicación de la novela ‘El beso de la mujer araña’ del argentino Manuel Puig tuvo un impacto muy notable tanto en el mundo literario como en la sociedad. Inmediatamente, se hicieron versiones teatrales. También aparecieron adaptaciones cinematográficas de éxito. Uno de los protagonistas llegó a ganar un óscar. Incluso hubo una muestra en forma de musical.

-Quisiera reiterar que todo eso sucedió hace casi cincuenta años.  Aquel éxito y aquella conexión con la sociedad se basaba en la manera de tratar el gran drama de dos presos, uno por ser homosexual y otro por su lucha política, La obra y su tratamiento estaban muy en consonancia con lo que entonces sucedía. Además, estaba situado en Argentina, que se hallaba bajo la dictadura militar.

-Ahora, en el arranque del año 2023, una nueva versión teatral de esta novela está realizando una gira por la península ibérica, que ahora ha llegado al Teatro Arriaga de Bilbao. Esta adaptación presenta algunas características que se pretenden justificar por el intento de acercarlo a la actualidad. Pero quizá la ambigüedad del tratamiento, o la abstracción a la que se llevan las cuestiones planteadas, resten eficacia al anunciado acercamiento.

-Uno de los atractivos de la propuesta es la elección de sus intérpretes: Eusebio Poncela e Igor Yebra. El primero es un veterano actor, curtido en numerosas representaciones teatrales y grabaciones cinematográficas. El segundo se ha incorporado a las representaciones teatrales recientemente tras una carrera exitosa en danza.

-Estas trayectorias tan diferentes hacen que Eusebio realice una interpretación de su personaje, el preso homosexual, matizada, meticulosa, cuidando la voz, los gestos, quizá recreándose en todos esos pormenores. Igor, en cambio, lleva su labor a un campo más físico, más corporal, menos matizado en la voz, los gestos o las expresiones. Eso hace que la última parte de la representación, dominada por el primer actor, tenga un mayor interés dramático.

-También destaca la presencia de la directora Carlota Ferrer, tras la ausencia de algún tiempo. Buena conocedora de los dos intérpretes, a quienes ya tuvo en ‘Esto no es la casa de Bernarda Alba’, otro intento de acercar el muy reconocido texto lorquiano.

-Carlota mantiene su costumbre de llenar los espectáculos con muchos elementos artísticos, alusiones y referencias multidisciplinares, numerosos efectos extra teatrales. Quizá para algunas opiniones, se llegue a la sobrecarga de estímulos. Hasta es posible que tanta acumulación vaya en perjuicio del ritmo rápido y a favor de la excesiva duración. En lugar de favorecer la claridad de los objetivos, puede provocar la confusión o ambigüedad antes aludida.

-Además, hay que aludir a otro elemento no menos destacable como son los cambios de mentalidad que han tenido lugar durante estas décadas más cercanas. El público asistente a la representación de hoy está instalado en una sociedad muy diferente. Le sigue interesando y hasta preocupando lo relacionado con el tratamiento social hacia la homosexualidad y hacia las disidencias políticas. Pero que ya no lo viven en las mismas coordenadas que entonces. Incluso, los que, por la edad, podemos comparar la versión actual y las de entonces, hemos sentido cierta nostalgia por la conexión que entonces existía.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 3 enero 2023 - 6:44 pm
Categoría: General

David Barbero

-Desde hace ya unos cuantos años, cuando mis nietos vienen a Bilbao y coinciden con una representación de óperatxiki, siempre vamos juntos. Esto sucede, principalmente, en las vacaciones de navidad. Viven fuera y no pueden trasladarse en periodo escolar.

-Es, creo, importante que desde pequeños se vayan familiarizando con todo tipo de música. Además, a ellos les gusta y se lo pasan bien. Por esa razón, tal cita navideña se ha convertido en una tradición; aunque todavía no muy larga, lógicamente.

-Lo digo como elogio hacia los organizadores de las temporadas de óperatxiki, dependientes de la Obao. Suelen ser unos montajes interesantes, presentados con calidad y gusto. Pensados para los pequeños. En general, bastante divertidos. Cuidan, a la vez, el punto educativo para que esos pequeños se conviertan en buenos degustadores de la música en general.

-Dentro de las producciones que suelen presentar en esas fechas navideñas, siempre en los primeros días de enero, una de las que destaca es ‘El cuento de navidad’. Está basada en el estupendo texto de Charles  Dickens. La adaptación es de Pablo Vadés. La música para esta adaptación ha sido compuesta por Iñigo Casalí. La producción, de calidad y con ritmo, es responsabilidad de la Opera de cámara de Navarra y la Fundación Baluarte. Es de justicia reconocer que es una buena propuesta escénica y musical.

-En estos años que llevo acompañando a mis nietos, hemos presenciado tres veces esta producción,  incluida la de este nuevo año, que se ha estrenado esta mañana.

-Puedo dar fe de que, también hoy, ‘El cuento de Navidad’ha sido seguido con muchas atención, a pesar de la corta edad de la mayoría de los asistentes, Que ha sido interrumpido con aplausos en varias ocasiones, y que estás manifestaciones de agrado se han hecho más sonoras y sinceras al finalizar.

-Con esta breve explicación, he querido justificar lo dicho en el título de este comentario, asegurando que la óperatxiki de ‘El cuento de Navidad’ siempre es bien recibida, por su calidad, el buen montaje y  la muy destacada interpretación instrumental, vocal y actoral.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 30 diciembre 2022 - 1:12 am
Categoría: General

David Barbero

-Una advertencia previa. Un amigo me había dicho que el espectáculo ‘Inventio’, que se presenta desde hoy en el Teatro Campos Elíseos de Bilbao, es una obra más de circo escénico. Lo he visto esta tarde y he comprobado que está equivocado. A ver cómo lo explico.

-El circo siempre ha sido una de las artes escénicas más nobles. Y seguramente más dinámicas. Algunos teatreros mal informados llegaron, en algunos momentos, a mirarlo equivocadamente por encima del hombro.

-Además, en los últimos tiempos, han acelerado el propósito de integrar en sus espectáculos elementos considerados propios de otras disciplinas escénicas: como el texto, la narración de historias, la danza y otros más.

-A la vez, se han dedicado a investigar en busca de fórmulas nuevas para actualizar sus espectáculos. De esa manera, se han colocado en la cabeza del ánimo vanguardista por delante de otros géneros escénicos más ‘orgullosos’.

-Todo eso es lo que he visto esta tarde-noche en el Teatro Campos Elíseos, cuando he acudido a ver y disfrutar de ‘Inventio’. Por supuesto que hay circo, ilusionismo y acrobacias. También danza, música, atmósfera mágica y muchas emociones.

-Dentro del planteamiento técnico y estrictamente artístico, hay que destacar su modernidad, su utilización de las nuevas tecnologías. Quizá la expresión exacta sea la de visión futurista y la mirada hacia adelante.

-Se ve, y ellos lo afirman, que han investigado, entre otros, en destacados innovadores del cine como Stanley Kubrick, Ridley Scott, o Denis Villeneuve. También se agradece la mezcla y la fusión con otras expresiones artísticas.

-Otra referencia. Sitúan su planteamiento, o quizá el argumento de su obra, en el año 2094. Han comprobado que ya no existe ni la estrella que guía a los caminantes. Por esa razón, inician un viaje a través de la magia, la ilusión y el circo, con el fin de recuperarla y recrear su atmósfera.  Destaca su procedencia desde ese territorio colocado en la punta más atlántica, que últimamente está creando cosas interesantes en distintos campos y que se llama Galicia.

-Vamos a poner las cosas en sus límites. Sería exagerado decir que el futuro ha llegado al circo. Pero hay gente en ése ‘género’ que ha iniciado el camino en esa dirección.

-Por eso, el nombre de ‘Inventio’ puede ser significativo en un momento en el que se están extendiendo las consideraciones de que las artes escénicas se están quedando ancladas en las fórmulas del pasado,  mientas otras artes coetáneas están ya transitando por nuevas coordenadas.

-No sé si he logrado explicar por qué esta tarde-noche, en el teatro Campos Elíseos de Bilbao, ‘Inventio’ no me ha parecido un espectáculo de circo más, ni una pieza escénica sin más trascendencia.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 28 diciembre 2022 - 10:18 pm
Categoría: General

David Barbero

-He acudido esta tarde a la sala BBK de Bilbao con el objetivo premeditado de ver de nuevo la obra teatral ‘Amour’ y comprobar si mantiene su capacidad de comunicar emociones, de contar historias en profundidad y tener encandilados a los espectadores jóvenes y adultos.

-Acudí hace ya unos cuantos años a su estreno en el Teatro Arriaga. También fue en el periodo navideño. Últimamente tengo motivos serios para no fiarme de mi memoria. Voy a hacer una  excepción.Calculo que fue hace unos siete años. Si alguien acudió también a ese estreno, y lo recuerda con más exactitud, me puede corregir.

-Para ese momento, yo ya era seguidor de la compañía Marie de Jongh. Valoraba mucho su dominio en la construcción de historias escénicas sin utilizar la palabra pero con todos los demás recursos teatrales. Hasta entonces, se dirigían al público de corta edad, pero lo hacía con mucha profesionalidad y consideración. Destacaba ya, en ellos y ellas, el énfasis que ponían en la transmisión de emociones.

-Tras ver el estreno de este espectáculo, entendí que ‘Amour’ significaba, para todos los miembros de la compañía, un salto cualitativo muy largo en todas las direcciones. Además, aportaba lecturas interesantes para cualquier tipo de espectadores. El uso de las máscaras también era una aportación destacada. Y recogía la sabiduría acumulada en interpretación y comunicación emocional.

-He indicado arriba que mi propósito, al repetir esta tarde en la sala BBK, era revivir toda la aventura de aquel recordado estreno. Confesaré que llevaba, medio oculto, un cierto temor. Me había dicho a mí mismo: A ver si esta re-visión me va a ensombrecer el magnífico recuerdo que todavía conservo.

-Pero no sólo no ha sido así. Creo que me ha producido una emoción mayor. Me ha parecido la obra como si fuera nueva, re-creada en la misma esencia, quizá más clara, más luminosa. Puede que más exacta, más medida, con la comunicación más limpia. En consecuencia, más emotiva. Pero además, la reflexión sobre lo que realmente importa en la vida lleva con mayor nitidez.

-He tenido ocasión de reiterarme en lo que ya he dicho de que permite diferentes miradas a personas distintas. Hoy he ido a compañado de un nieto diferente al de hace siete anos. Y, por la explicación que ha dado al salir, me ha parecido que ha percibido más matices que yo.

-Antes de terminar, debo hacer referencia a una novedad en la interpretación. He comprobado otra vez el virtuosismo de gestos, actitudes, movimientos y expresiones de Ana Meabe, Anduriña Zurutuza, Ana Martínez y Javi Renabales. La novedad en el elenco es la incorporación, también como actor, de Jokin Oregi, el autor y director de la pieza. Se puede decir que el que tuvo, no sólo retuvo, sino que lo mejoró.

-No me queda más que reiterar: ¡Viva, de nuevo, ‘Amour’

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 19 diciembre 2022 - 12:44 am
Categoría: General

David Barbero

-Os voy a contar la historia de una decepción, no sé si teórica o metafórica.

-Esta tarde-noche he acudido al Teatro Social de Basauri para ver la obra ’El beso’, escrita por el autor holandés Ger Thijs, veterano y con experiencia. Traducida por Ronald Brouwer, dirigida por María Ruiz e interpretada por Isabel Ordaz y Santiago Molero. Ah! No se debe olvidar la labor de otros destacados profesionales.

-Quiero aprovechar este párrafo intermedio para insistir en que el trabajo de todas ellas y ellos me ha parecido muy meritorio. Y aseguro que lo que diga a continuación, en mi historia, no contradice esta afirmación.

-Tenía yo gran ilusión por ver este espectáculo, ya que había leído, en su momento, criticas laudatorias que insistían en la naturalidad y la verosimilitud general, la cercanía  de los interpretes, la puesta en escena y todo el resto de elementos. Se aseguraba, en ellas, que no había ningún artificio ni escénico, ni teatral, ni técnico. Se afirmaba que era como chocar directamente con la vida misma, encontrar personas reales, no personajes de artificio, situaciones cotidianas, no escenas de ficción.

-Así que he acudido al Teatro Social de Basauri convencido de que iba a

encontrarme con otra manera de representación escénica diferente a la que creo que impera, salvo honrosas excepciones.

-No iba a ser una obra en la que notas precipitación, deseo de éxito, prisa, casi urgencia. Ni hecha siguiendo las cinco o siete normas que marcan el estilo actual de triunfar o hacerse un hueco o conseguir una subvención o batir el récord de representaciones. Sería algo sentido, sincero, vivo, real. Una visión, una meditación, un pensamiento largo, una mirada al horizonte. Una vivencia. Una nostalgia, quizá más hacia adelante que hacia atrás.

-Había imaginado que, sobre el escenario, para plasmar toda esta atmósfera, iba a predominar directamente la vida, en toda su pureza, con las emociones a flor de piel, junto a un humor entrañable y sentido, de media sonrisa, a veces irónico, con mucha poesía, aunque nada edulcorada.

-Creo que no he logrado expresar con exactitud lo que me había imaginado o soñado, mientras caminaba a pie hasta Santurtzi y su teatro. No he conseguido plasmarlo por mi reconocida torpeza.

-Termino aquí la historia metafórica iniciada arriba: Y, tras sentarme ilusionado en mi localidad, me he encontrado con lo teatral.

 

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