Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 14 septiembre 2022 - 11:22 pm
Categoría: General

David Barbero

– Acabo de llegar a casa, después de asistir en el Teatro Arriaga de Bilbao a la representación de la obra clásica romana ‘Miles Gloriosus’, escrita por el comediógrafo de entonces Plauto. Su texto ha sido adaptado por Antonio Prieto. El espectáculo ha sido dirigido por Pep Antón Gómez. El extenso elenco ha estado encabezado por Carlos Sobera, Ángel Pardo y Elisa Matilla.

-Este espectáculo se presentó en el último Festival de teatro clásico de Mérida. Allí tuvo un notable éxito de público. También parece ser fue el que consiguió provocar más risas. Incluso puede ser el texto clásico que más veces se ha representado en ese festival.

-Ahora la obra está realizando una gira en la que está recibiendo igualmente esa muy buena aceptación del público. Por ejemplo, en el Teatro Arriaga ha tenido hoy una muy buena entrada, a pesar de ser un día laborable.

-Estos números son explicados por la habilidad de los promotores para construir espectáculos de atracción popular, basándose en textos cómicos clásicos, sobre todo romanos. En esta estrategia, tiene una incidencia muy notable la elección de protagonistas con mucho tirón popular, como, en este caso, es el actor y presentador televisivo Carlos Sobera. Dentro de un elenco, con actores y actrices muy eficaces en los papeles cómicos. Pero sin prestar tanta atención a otros aspectos artísticos ni a planteamientos de más calidad.

-Es una habilidad demostrada reiteradamente en los últimos años bajo la dirección escénica de Pep Antón Gómez y con la producción de la compañía Pentación, a cuyo frente está el veterano productor Jesús Cimarro, que también es el organizador del Festival de Mérida.

-Mientras venía desde el teatro Arriaga hasta casa, dos pensamientos han ocupado mi cabeza. Uno de ellos era de admiración hacia los extraordinarios autores clásicos, que escribían para sus contemporáneos, que se referían a las costumbres y vicios de entonces, y que podrían levantarse sus tumbas ahora para ver representadas sus obras, tantos siglos después.

-El otro pensamiento era una reflexión. O quizá sólo una pregunta. ¿Qué le pasa al teatro actual, a la música de ahora, a la pintura de este momento, a la escultura … para que las referencias elegidas, en todos esos campos, sean buscadas entre lo escrito, lo compuesto o lo realizado hace tanto tiempo?

-Es posible que tú tengas una respuesta. A mí, me gustaría escucharla, porque no la tengo.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 12 septiembre 2022 - 4:57 pm
Categoría: General

David Barbero

-No seré yo quien quite méritos al teatro cómico. Ni diré que la comedia tiene menos valor que la tragedia o el drama. Ni que hacer reír es más fácil que sacar las lágrimas.

-Tampoco criticaré a los que emplean las artes escénicas exclusivamente para sacar sonrisas o carcajadas. ¡En su derecho están! Incluso puede ser que realicen una misión terapéutica para muchas personas agobiadas por todo tipo de problemas y adversidades.

-Estas son las reflexiones que me han venido a la mente, cuando venía andando hacia casa desde el Teatro Campos Elíseos de Bilbao. Allí he presenciado la representación de ‘Un secreto a voces’, escrita y dirigida por Álvaro Carrero, e interpretada por Pablo Pujol, Virginia Muñoz, Noemí Ruiz y Miguel Martín.

-En la información oficial de la compañía ya anuncian que su propósito y objetivo es ofrecer entretenimiento y fabricar risas en los espectadores. Están cercanos a asegurar que tienen la formula y ponen en marcha los mimbres para lograrlo.

-No se puede decir de esta función que tenga la ambición de convertirse en un vodevil moderno. Falta movimiento escénico, ambición interpretativa y cierta complejidad argumental.

-Dejan claro que han trabajado el ritmo, la complicidad entre los intérpretes y el público asistente, el manejo de gestos, ocurrencias, golpes de efecto, juegos de palabras o efectos propios de las llamadas comedias de situación televisivas, con el fin de provocar la carcajada inmediata entre los espectadores.

-Hay que reconocer que lo han conseguido en numerosas ocasiones a lo largo de la representación y que han sido despedidos con entusiasmo y agradecimiento.

-He leído alguna declaración de ellos en el sentido que, en su intención, está también hacer una radiografía crítica sobre la manera de comunicarse ahora a través de las redes y la manera de circular de las noticias falsas. Pero reconozco que yo no he logrado percibirlo.

-Es posible que, en el diseño de este producto escénico, estén programadas las risas y las carcajadas. Pero no la crítica social ni las ironías intencionadas.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 10 septiembre 2022 - 11:37 pm
Categoría: General

David Barbero

-Durante la mini temporada teatral festiva de la Aste Nagusia de Bilbao, dejé ya constancia de mi asistencia al Palacio Euskalduna para ver el espectáculo musical ‘The Hole X’, un montaje para celebrar los diez años en que vienen presentándose las diferentes versiones sucesivas de esta pieza.

-En mi comentario teatral de ese día, también dejé constancia de mis dudas valorativas sobre lo visto y oído en tal espectáculo. No había encontrado una suficiente coordinación interna de los elementos. Me pareció una sucesión de números acrobáticos de notable interés, pero sin trama unificadora por parte de los textos introductorios. Echaba en falta el interés escénico de las intervenciones, muy potentes en cuando a sonido, pero quizá escasas de contenido y fuerza cómica. También aludía a un posible desfase de las pretendidas provocaciones, que han dejado de ser escandalosas durante estos diez años. La sociedad y el público ha evolucionado, mientras que el espectáculo ha quedado anclado en aquel momento. Añadía que, como consecuencia de todo eso, a mi juicio por supuesto, la pieza llegaba a parecer incluso larga.

-Con este preámbulo, puede resultar difícil de comprender que esta tarde haya acudido de nuevo al palacio Euskalduna de Bilbao para ver este espectáculo, del que conozco ya todas sus versiones. Explicaré en motivo.

-He acudido esta tarde de nuevo a ver de nuevo ‘The Hole X’ porque hoy, y también mañana, actúa como maestra de ceremonias, una mujer, una actriz, Eva Isanta. He pensado que ese detalle podía cambiar el espectáculo. Darle la vuelta. Superar lo que, al menos a mí, me habían parecido sus posibles ‘debilidades’ teatrales.

-Una vez visto de nuevo ‘The Hole X’, creo que la intervención de Eva Isanta como maestra de ceremonia lima unas cuantas aristas o posibles brusquedades innecesarias y ofrece una coordinación mayor. De todos modos, no he logrado despejar todas las dudas que he expuesto más arriba. Así que la culpa muy posiblemente sea mía.

-Recuerdo que, en mi primera visión de este espectáculo el día del estreno en el palacio Euskalduna, destaqué el entusiasmo y la sonoridad de los aplausos con los que los espectadores agradecieron el trabajo de los artistas, especialmente el de los protagonistas de los números acrobáticos.

-Debo decir que el público de esta tarde me ha parecido todavía más entregado, y que sus aplausos han sido más numerosos, más sonoros y más entusiastas, sobre todo los dedicados a los acróbatas.

-Ésta ha sido mi reflexión.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 10 septiembre 2022 - 12:33 am
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David Barbero

-Deseo puntualizar, desde el principio, el título que he puesto a este comentario. Había escrito otro. Decía algo así como: buen producto musical de la factoría de Pabellón 6 Bilbao. Lo he rectificado porque deseaba eliminar esa alusión a producto y a factoría. Prefiero insistir en lo de trabajo cuidadoso, meticuloso, delicado, hecho con mimo.

-Sin el riesgo de hacerlo demasiado largo, hubiera aludido también a trabajo de laboratorio. Pabellón 6 se llama laboratorio de las artes escénicas. Trabajan siempre de esa manera. También en el campo de los musicales. O de los cabarets. Los han cuidado especialmente. Y han tenido una aceptación especial entre el público. ‘Cabaret chihuahua’ significó el punto de inflexión en su trayectoria. Y también ‘Chichinabo cabaret’ fue muy significativo.

-Quiero destacar que los dos fueron dirigidos por Felipe Loza. Igual que este musical ‘El trepa de palacio’. En el título, lo he valorado como una ‘joyita’, por el trabajo realizado meticulosamente, con intensidad, preparado al detalle, interpretado con entusiasmo, cuidado con mimo y con precisión.

-Ha sido ya calificado como un musical bufo. Habría que añadir más adjetivos. Crítico, intencionado, burlón, de denuncia, cómplice, intenso, sin concesiones, ágil, dinámico, atractivo…

-Está claro que, en Pabellón 6, van desarrollando este género musical con notable originalidad, introduciendo novedades, nuevos tratamientos, temas de actualidad, estilos arriesgados e intenciones ambiciosas. Hay un intento de destacar el aspecto cómico de la obra. Pero su intención crítica y de denuncia no le van a la zaga.

-Ya he realizado una alusión a Felipe Loza como director de este espectáculo. Es de justicia destacar el dinamismo de la puesta en escena. El ritmo de la acción es vertiginoso. Se unen las escenas sin solución de continuidad. El movimiento no decae en ningún momento.

-Otra novedad positiva es el texto de Braulio Cortés. Con un contenido histórico documentado y preciso. Con personajes que han existido. Muy bien traído el bailarín Antonio Ugarte, rescatado de Galdós. La corrupción en tiempos del rey Fernando VII, como punto de continuidad a la corrupción que existe en la actualidad.

-Otros dos aspectos contribuyen también de modo destacado a que este espectáculo reúna todas las cuidades antes señaladas. Una de ellas es la dirección musical que asume Unai Elizalde, y que contagia todo el desarrollo de la acción. Algo parecido sucede en la responsabilidad coreográfica. En esta ocasión, es asumida por Leyre Ormazabal, que también se aplica a todos los movimientos de la pieza.

-Junto a todos ellos, es obligado hacer una muy especial mención a la interpretación. Los seis intérpretes realizan un trabajo de gran altura, con precisión, ajustando los tonos y las expresiones en los continuos y repentinos cambios de personaje. Diego Pérez asume, con meticulosidad y detalle, la interpretación del protagonista. Los otros cinco interpretes forman parte de la compañía joven de Pabellón 6. Pero su madurez y su destreza están más que confirmada. Son Aitor Echarte, Nahikari Rodríguez y Jeray Vázquez, Leyre Ormazabal y Unai Elizalde.

-Con todos estos mimbres, Pabellón 6 está ofreciendo ahora un nuevo modelo de musical propio. Habrá que estar atento. No será el último.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 28 agosto 2022 - 12:09 am
Categoría: General

David Barbero

-He tenido interés en ver por tercera vez la pieza semi-musical ‘Yo soy Pichichi’ que se ha estado representando en la sala BBK de la Gran Vía bilbaína durante toda esta mini temporada festiva de la Aste Nagusia 22.

-El motivo principal de este interés era que, en las dos veces anteriores, había notado una mejora destacada de una a otra. Y eso que el comienzo ya estuvo en un nivel elevado. Deseaba saber si, en esta tercera ocasión, salía con la misma sensación o no.

-Voy a concretar todavía más. Deseaba saber si se sigue manteniendo el interés en todos los momentos de la pieza. También comprobar el tono humorístico general. La diferenciación con los momentos más ‘serios’. Si la relación emotiva entre la pareja protagonista de Lander Otaola e Ylenia Baglieto parece tan convincente. Un interés especial por la aportación de Itxaso Quintana como cantante y como actriz. Y – ¡cómo no? – un destacado motivo de curiosidad se centraba en los debates, ironías, y estima mutua de los tíos intelectuales encarnados por Felipe Loza e Iñaki Urrutia. Sin olvidar a la pareja instrumentista integrada, al piano, por Naier Ibarrola, y, a la batería, por Jon Fresko, en la creación de las diferentes atmósferas. Ah! También tenía curiosidad por comprobar si se mantenía el ritmo de la acción, y el tono de los momentos narrativos. Bueno, y más cosas que corresponden directamente a la dirección escénica de Patxo Tellería.

-En el título de este comentario ya he adelantado que, en esta tercera visión, he ratificado la sensación de que todos ellos se siguen superando. Da la impresión de que Patxo, quizá en este caso proceda llamarle entrenador, les ha puesto a hacer ejercicios de calentamiento y han actualizado la forma física y mental. Incluso han matizado detalles en numerosas escenas.

-La incorporación de Itxaso Quintana sigue implicando un fortalecimiento en la parte vocal de las canciones, donde había, al principio, ciertos desequilibrios.  La pareja en la que descansa la trama emotiva, Lander e Ylenia, aparece también más fresca y con una complicidad redoblada. Han mejorado todavía más su expresividad y su complicidad,

-Los actores Felipe Loza e Iñaki Urrutia son conscientes de que tienen la suerte de interpretar dos personajes que dan mucho juego, y saben utilizar todos los recursos para exprimir todos los matices de sus polifacéticos caracteres.

-Algo similar sucede con los músicos Naier Ibarrola y Jon Fresko. Ambos saben que sus intervenciones cumplen una función por encima de acompañar las acciones interpretativas. Establecen una línea directa de comunicación con el público. Y éste se lo agradece.

-En definitiva, todo el equipo de ‘Yo soy Pichichi’ ha hecho gala a lo largo de estas representaciones, de un estado de forma inmejorable, y ha realizado una labor escénica en permanente mejoría.

-Hay quien dice, con el número de representaciones, se puede caer en la rutina. Aquí sucede todo lo contrario.

 

 

 

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