David Barbero
-Hace unas semanas, comenté en este espacio el estreno de la obra teatral ‘La mejor madre del mundo’ en el teatro Arraiga de Bilbao. Describí la buena impresión que había causado. Y añadí una coletilla. Aludí a que esa obra se iba a representar durante unas semanas en Pabellón 6, también de Bilbao. Y manifesté mi interés en volver a verla allí.
-Había dos motivos para ese interés. Me pareció que, además de haber arrancado con mucha seguridad en el estreno, esa pieza podría madurar con algunas representaciones más. Y otro aspecto. Desde el principio, pensé que las emociones que transmite ‘La mejor madre del mundo’ funcionarían mejor en las distancias cortas.
-Así que esta tarde he ido a Pabellón 6. Lleva allí varias semanas de representaciones seguidas. He podido analizar estos dos aspectos de mi curiosidad.
-Sobre el asentamiento de la obra, puedo decir que su desarrollo parece todavía más armonioso y equilibrado. Como si se hubieran limado algunas pequeñas aristas del estreno. Esto beneficia a una propuesta que presenta un tema tan trascedente como el de la maternidad desde un punto de vista distinto al habitual. Permite una comunicación más convincente, más aceptable.
-En cuanto al juego de las distancias cortas, he tonado más su efecto en los matices de las interpretaciones. La seguridad en las actitudes y en los cambios. La complicidad que se ha conseguido en el equipo. Se podría decir lo mismo de la exactitud de los responsables técnicos. Desde cerca, se nota mejor el ‘buen terminado’ de cada uno de los elementos.
-Hay una comprobación que no tenía prevista. Me ha surgido en el desarrollo de la representación de esta tarde. Desde luego, entre el público había muchas más mujeres, en una proporción todavía mayor a lo habitual. Pero a lo que me refería a que he observado reacciones a matices, diálogos, gestos, o alusiones que yo no llegaba a percibir. Reflexionándolo después, he querido justificarlo por el tema tratado, la maternidad. Pero me he quedado con la sensación de que existe, en ellas, una sensibilidad más fina que no se limita a los temas netamente femeninos.
-Esa percepción me ha llevado a otra evidencia comprobada no sólo esta tarde. Es la cada vez mayor incidencia, – no sé si la palabra empoderamiento es correcta – de la mujer en el teatro.
-No es sólo el mayor número de mujeres ‘teatreras’ en todos los campos y categorías de las artes escénicas. Sus problemas, preocupaciones, intereses y situaciones están cada vez más presentes. Son tratadas con más profundidad. E interesan más. Están presentadas a su estilo. Desde sus puntos de vista. Lógicamente femeninos.
-Para mí, es evidente que esto, que ya está ocurriendo en el teatro, es reflejo de que también sucede, o está a punto de suceder, en la sociedad. ¡Afortunadamente! Constituye un punto de esperanza de que se pueda cambiar este tinglado violento, competitivo e injusto, basado en la lucha por el poder. Difícil tarea. Está muy enquistado. Se ha montado durante siglos con criterios masculinos, aunque en él participen también algunas mujeres interesadas.
-‘Que no se frustre’, me ha parecido oír esta tarde en Pabellón 6, al salir de la representación de ‘La mejor madre del mundo’.
David Barbero
-Federico García Lorca expuso un concepto que llamó ‘teatro bajo la arena’. Lo contraponía al teatro en la superficie. Decía que había que hacer un túnel subterráneo para extraer su fuerza oculta. Allí es posible la autentica representación. Se puede encontrar la verdad. Se convierte en un viaje mágico, alucinante y catártico.
-De ese ‘teatro bajo la arena’, me he acordado esta tarde en el teatro Arriaga de Bilbao durante la representación de ‘Una noche sin luna’. Escrita e interpretada por Juan Diego Botto y dirigida por Sergio Peris Mencheta.
-No es que considere que esta obra representa ese ideal lorquiano. Pero sí que es, a mi juicio, un excelente acercamiento al mundo de Federico García Lorca y su manera de entender el teatro.
-No se trata –sólo- de una semblanza diferente, otra visión, otro punto de vista sobre la trayectoria del excelente poeta y autor teatral. Constituye un viaje –sobre todo interior – acompañado del propio Federico por los aspectos menos conocidos de su vida y de su obra. Dibuja su figura con otras referencias, desde otras fuentes, con otros colores.
-Para aumentar la atracción de esta pieza, todavía influye más el presentar a Lorca y su pensamiento vivo como un espejo sobre la actualidad, sobre lo que nos rodea hoy, sobre lo que somos en este momento. Con un enfoque muy preciso y desde una posición clara. Con unas denuncias evidentes y muchas ironías reconocibles.
-Pero lo que, sobre todo, hace que este viaje resulte mágico es la conexión emocional que se establece entre el espectador y el personaje-intérprete. Se plantea como un recorrido común, sincronizado, quizá metido dentro de Lorca. Exige – y también proporciona -, una actitud participativa, abierta por parte del público. Por parte de cada uno de los espectadores.
-Sin duda, hay que atribuir el mérito de esta identificación a Juan Diego Botto. En la doble labor de autor e intérprete. En el texto, se nota un gran conocimiento de la vida, la obra y todo lo que rodeó a García Lorca. En los aspectos más destacados y en los más ocultos. Se percibe, además, que no ha sido una investigación inmediata para escribir esta obra. Es fruto de una vivencia continuada y de una lectura habitual de sus textos más diversos.
-En cuanto a la encarnación de García Lorca, se ve el resultado de un meticuloso trabajo que incide hasta en los más mínimos detalles. En las actitudes, los gestos, la colocación de las manos, la de las piernas, los tonos. La precisión de los cambios de voz. La trabajada naturalidad. Las atmósferas emotivas de cada momento. Y la gran atención prestada a la manera de comunicarse – en plural, las maneras – de comunicarse con el público.
-Sería una injusticia no valorar destacadamente la aportación de Sergio Peris Mencheta, como director, en la configuración de este espectáculo. La precisión y la riqueza de estímulos. El uso comunicador y simbólico de todos los elementos escénicos. La capacidad de exprimir los significados posibles de cada detalle. Ya habían trabajado juntos en un proyecto anterior: ‘Un trozo invisible de este mundo’. Y habían logrado efectos similares.
-También hay que expresar el reconocimiento a los responsables de la escenografía, por los recursos plásticos y útiles que proporciona; de la iluminación, por la exactitud en los momentos y lugares de luz; y del espacio sonoro, por la creación de atmósferas.
-En definitiva, una tarde-noche en la que sólo ha estado ausente la luna porque no ‘debía’ estar allí.
David Barbero
-He seguido, con atención e interés, la evolución de la compañía joven de pabellón 6 desde el principio. Hace media docena de años. Cuántas iniciativas se han llevado a cabo. Cuanta actividad. Cuánto experimento., cuando aprendizaje. Cuántos actores y actrices han pasado y continúan estando. Cuántos teatreros de diversos oficios y profesiones han colaborado y participado.
-A mi juicio, ‘Gris. Morirse en Bilbao’, que se ha estrenado esta tarde, constituye el reto más difícil que ha afrontado la Gazte conpainia en esta nueva etapa en la que los integrantes asumen la responsabilidad integra de los proyectos.
-El género musical ha adquirido ya un desarrollo tal que permite todo tipo de intenciones, mezclas, variaciones y cambios. Pero también tiene unas reglas básicas que, aunque no se vean, deben estar presentes. Su ausencia termina por chirriar.
-En esta ocasión, el espectáculo se lleva hacia el karaoke, que es más libre y permite hasta desentonar, incluso de modo intencionado. De esa manera, cabe la comedia, la crítica social y la especulación filosófica. O quizá deba calificarse como prospección en sociología. Puede estar llena de ironía, descaro y contestación.
-La acción se coloca en el ‘Rendez Vous’ de Bilbao y se sitúa en una fecha emblemática como es el 31 de mayo del año 1992. Fue el día en que murió Josu Expósito, líder del grupo musical Exkorbuto. Y era un momento clave en el que una época estaba acabando y ya apuntaba otra distinta.
-Esa intersección entre el pasado y el futuro, se convierte en el punto neurálgico de la pieza. Resulta especialmente interesante ver el presente que estamos viviendo, cuanto todavía era futuro. La obra se refiere a la capital bilbaína. Pero acepta ampliar la interpretación a una visión más general.
-David Caina, autor del texto, demuestra sus notables cualidades en la construcción de las historias. Los diálogos son uno de sus fuertes. También sabe cómo hacer confluir acciones que parecen dispersas. Tiene mucha mano izquierda para que acontecimientos en teoría secundarios adquieran un significado más general y trascendente. Sobre todo, domina las claves de la comedia.
-Ane Pikaza, actriz, ilustradora, pintora, -y algún otro ‘género’ artístico más -, da el paso a la dirección escénica con este proyecto. Su gran capacidad de creación y comunicación polifacética, lo estaba pidiendo. Sabe aplicar al desarrollo escénico esas sensibilidades plásticas. Cuida la acción con un criterio casi cromático, como si se tratara de la organización pictórica en los cuadros. También los movimientos de los intérpretes producen la sensación de armonía. Se intuye que, en su condición de actriz y joven, ha sabido conectar y encauzar las inquietudes de este proyecto sin imposiciones.
-Los intérpretes, todos ellos miembros de la Gazte conpainia, demuestran la gran preparación técnica y artística con que llegan las nuevas generaciones de actrices y actores. Saben actuar, cantar, bailar. No se acobardan antes ninguna dificultad. Tienen entusiasmo, descaro, energía y bagaje para afrontar cualquier proyecto. Merecen ser citados por reconocimiento a su buen trabajo: Kepa Alesso, Aitor Echarte, Leire Ormazabal, Itxaso Gil, Sandra Tejero y Yeray Vázquez.
-Es un espectáculo en el que tiene especial incidencia el trabajo realizado en escenografía, iluminación, vestuario y todos los elementos llamados técnicos. ¡Ah! Muy especialmente hay que destacar la dirección musical y el espacio sonoro bajo la responsabilidad de Urtzi Iza.
-Sin este trabajo y este entusiasmo ‘joven’, no hubiera sido posible sacar adelante este nuevo reto.
David Barbero
-El autor, director, actor y pedagogo del teatro Javier Liñera tiene un firme compromiso con la memoria, un reto contra las discriminaciones y, en el desarrollo teatral, una lucha con la búsqueda de nuevos caminos.
-Esta tarde, lo he vuelto a comprobar en el Teatro Arriaga en el estreno de la obra ‘Antonia’ escrita y dirigida por él.
-Hace unos seis años, Javier Liñera, tras haber trabajado activamente a una compañía y escuela teatral, dio un importante paso en solitario con ‘Barro rojo’. Ya en esa obra y en su interpretación, estaba la introspección en la memoria, la investigación en las vivencias, la pulsión vital, la denuncias de las discriminaciones, las luchas interiores, los conflictos existenciales con repercusión social.
-Inmediatamente comenzó a recibir el justo y merecido reconocimiento de su trabajo e investigación Llegaron los premios. Ha ido cogiendo seguridad. No ha parado. Ha participado en otros proyectos y en otros grupos. Ha sido requerido. Ha conseguido más premios.
-Javier Liñera lo sigue teniendo claro. Continúa haciendo incursiones en la memoria, reflexionando sobre las vivencias, las propias y las cercanas. Sigue buscado las conexiones y repercusiones sociales de esas vivencias conflictivas.
-En cuanto al mecanismo de expresión artística, ha profundizado en la complicidad y en la comunicación escénica. Un aspecto concreto, en el que ha trabajado es en los límites de las unidades del tiempo y del espacio, así como en la interrelación de la realidad y la ficción.
-A esas inquietudes en el contendido y en las formas, creo yo, responde el estreno de hoy, en el teatro Arriaga, de ‘Antonia’, con la interpretación de Begoña Martín y de Aitor Pérez.
-Insisto en que, además de haberla escrito, está dirigida por él, con su compañía habitual. He querido ver, durante la representación de esta tarde, un deseo de controlar todo el proceso con el fin de decir exactamente lo que desea y como lo desea.
-Ahí están las memorias vividas de esa Antonia y su hermano Álvaro. En los tiempos de mayor represión. Sus recuerdos reales y sus complementos de ficción. Las consecuencias sociales y políticas. Los efectos de los prejuicios y las ideologías dominantes. También están los ‘juegos’ de ruptura temporal y espacial. Tampoco faltan las identificaciones y los desdoblamientos personales
-Un elemento en el que, en esta ocasión, se pone un énfasis muy destacado es el mecanismo del recuerdo. Se desdobla a los personajes para incidir en él y hasta explicarlo con detención. Se destaca el peligro de perder la memoria, a la que se define como un laberinto. E incluso se muestra cómo los recuerdos se pueden ir descomponiendo. Arrastrarían consigo las certezas sobre la realidad y las denuncias que podían motivar. Como si la búsqueda no llevara a la seguridad sino a la duda.
-Fecundo recorrido, en el pensamiento y en la escritura, el que ha llevado a cabo Javier Liñera en esta ‘Antonia’. Y reflexión igualmente fecunda, me ha parecido, la que propone a los espectadores.
David Barbero
-La sala BBK, de la gran Vía de Bilbao, ha Inaugurado esta tarde su nueva etapa de programación con la pieza de danza contemporánea ‘Gorpuztu’, de la compañía de la coreógrafa Eva Guerrero.
-Yo lo he entendido como una declaración de principios. En la elección de esta pieza y en sus características, encuentro las claves del rumbo futuro de la programación en lo que a artes escénicas se refiere.
-‘Gorpuztu’ es una pieza especialmente cuidada y significativa. En ella, Eva Guerrero demuestra la madurez y perfección que ha adquirido como creadora. La bailarina solista Garazi López de Armentia pone en ejercicio todas las cualidades y su gran expresividad como bailarina y como intérprete.
-Muy significativa es la aportación del cuarteto integral de música y canto que participa. Tienen protagonismo en el desarrollo de esa búsqueda del equilibrio. Participan en la creación de las diferentes atmosferas; y establecen la comunicación de las emociones. Citemos sus nombres como reconocimiento, Yolanda Bustillo, Carla Sevilla, Nerea Alberdi y Cristina Samaniego.
-Es un espectáculo en el que se potencia la suma y la fusión de todos los elementos. La escenografía, los objetos, la iluminación, el vestuario y el movimiento caminan en la misma dirección para completar el efecto artístico deseado.
-Es preciso destacar el carácter femenino y polifacético de un amplio equipo muy preparado y profesionalizado, a cuyo frente está la producción de Jemima Cano.
-Otro aspecto a considerar es la actualidad del tema desarrollado en esta coreografía. La búsqueda de la serenidad. La superación de las tensiones y conflictos. Las formas y las posturas para su conquista. La eliminación de los ruidos y los desasosiegos. Unido todo por una curiosa investigación sobre los diferentes usos del cuerpo con referencias rituales.
-En esas claves de trabajo artístico concienzudo, de fusión de géneros, con exigencia de calidad, de equipos femeninos, de modernidad, de investigación, de búsqueda, parece estar orientada la incorporación de la autora, directora y actriz María Goiricelaya, como responsable de la programación de artes escénicas en esta sala BBK.
-¿No creéis que hay motivos para estar atentos? Puede producirse un buen revulsivo.
-
Buscar en el Blog
-
Navegación
-
Categorías
Enlaces
-
Libros de David Barbero en venta
-
Enlaces patrocinados
-
Archivos
- mayo 2025
- abril 2025
- marzo 2025
- febrero 2025
- enero 2025
- diciembre 2024
- noviembre 2024
- octubre 2024
- septiembre 2024
- agosto 2024
- junio 2024
- mayo 2024
- abril 2024
- marzo 2024
- febrero 2024
- enero 2024
- diciembre 2023
- noviembre 2023
- octubre 2023
- septiembre 2023
- agosto 2023
- junio 2023
- mayo 2023
- abril 2023
- marzo 2023
- febrero 2023
- enero 2023
- diciembre 2022
- noviembre 2022
- octubre 2022
- septiembre 2022
- agosto 2022
- junio 2022
- mayo 2022
- abril 2022
- marzo 2022
- febrero 2022
- enero 2022
- diciembre 2021
- noviembre 2021
- octubre 2021
- septiembre 2021
- agosto 2021
- julio 2021
- junio 2021
- mayo 2021
- abril 2021
- marzo 2021
- febrero 2021
- enero 2021
- diciembre 2020
- noviembre 2020
- octubre 2020
- septiembre 2020
- agosto 2020
- julio 2020
- junio 2020
- marzo 2020
- febrero 2020
- enero 2020
- diciembre 2019
- noviembre 2019
- octubre 2019
- septiembre 2019
- agosto 2019
- junio 2019
- mayo 2019
- abril 2019
- marzo 2019
- febrero 2019
- enero 2019
- diciembre 2018
- noviembre 2018
- octubre 2018
- septiembre 2018
- agosto 2018
- junio 2018
- mayo 2018
- abril 2018
- marzo 2018
- febrero 2018
- enero 2018
- diciembre 2017
- noviembre 2017
- octubre 2017
- septiembre 2017
- agosto 2017
- junio 2017
- mayo 2017
- abril 2017
- marzo 2017
- febrero 2017
- enero 2017
- diciembre 2016
- noviembre 2016
- octubre 2016
- septiembre 2016
- agosto 2016
- mayo 2016
- abril 2016
- febrero 2016
- enero 2016
- diciembre 2015
- noviembre 2015
- octubre 2015
- septiembre 2015
- agosto 2015
- mayo 2015
- abril 2015
- marzo 2015
- febrero 2015
- enero 2015
- diciembre 2014
- noviembre 2014
- octubre 2014
- septiembre 2014
- agosto 2014
- mayo 2014
- abril 2014
- marzo 2014
- febrero 2014
- enero 2014
- diciembre 2013
- noviembre 2013
- octubre 2013
- septiembre 2013
- agosto 2013
- mayo 2013
- abril 2013
- marzo 2013
- febrero 2013
- enero 2013
- diciembre 2012
- noviembre 2012
- octubre 2012
- septiembre 2012
- agosto 2012
- mayo 2012
- abril 2012
- marzo 2012
- febrero 2012
- enero 2012
- diciembre 2011
- octubre 2011
- septiembre 2011
- agosto 2011
- junio 2011
- mayo 2011
- abril 2011
- marzo 2011
- febrero 2011
- enero 2011
- diciembre 2010
- noviembre 2010
- octubre 2010
- septiembre 2010
- agosto 2010
- junio 2010
- mayo 2010
- abril 2010
- marzo 2010
- febrero 2010
- enero 2010
- diciembre 2009
- noviembre 2009
- octubre 2009
- septiembre 2009
- agosto 2009
- junio 2009
- mayo 2009
- abril 2009
- marzo 2009
- febrero 2009
- enero 2009
- diciembre 2008
- noviembre 2008
- octubre 2008
- septiembre 2008
- agosto 2008
- junio 2008