Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 6 marzo 2022 - 12:06 am
Categoría: General

David Barbero
-Esta tarde he acudido, con numerosas curiosidades, al Teatro Arriaga para ver el recién estrenado espectáculo ‘Ama’ de la compañía Marie de Jongh. Iba convencido de que debería prestar atención para percibir todos los significados y todas las novedades. Explicaré este convencimiento.
-Es sabido que esta compañía trabaja sin texto, que utiliza máscaras, que basa todo en la expresividad, que trata temas cercanos, que basa sus historias en la emoción. Es decir, es una compañía con características muy propias. Pero en cada una de sus producciones, se plantea nuevos retos, experimentaciones diferentes y objetivos innovadores. Así que es preciso acudir con los sentidos, todos, bien abiertos.
-El listón de sus anteriores producciones, – ‘Amour’, ‘Estrella’ y Ikimilikiliklik’ son las últimas – estaba muy alto. Pero ‘Ama’, su actual espectáculo, me ha parecido de una exigencia todavía mayor. Hay, creo, más retos, más novedades y más significados.
-Después de ver, atender cuidadosamente y disfrutar de la pieza, a mi juicio, la principal innovación está en haber adoptado la llamada máscara cero. La que no tiene ningún rasgo humano. Ni nariz, ni boca, ni ojos, ni orejas. Todo plano. Eso añade inexpresividad. Exige un mayor esfuerzo en gestos, actitudes y movimientos. Resta, supongo que intencionadamente, individualidad al intérprete y al personaje. Pero, a cambio, le dota de mayor universalidad. Extiende la representación. La universaliza. Aumenta la capacidad de implicación y de auto identificación.
-Otra novedad ha sido la de dedicar este espectáculo no a ‘todos los públicos’. Sino al público adulto ‘a partir de los 12 años’. He acudido con la curiosidad de analizar en qué se materializaba el cambio. Me ha parecido que esta pieza requiere, en el espectador, una mayor concentración. Una atención múltiple. A más elementos. A más aspectos argumentales. A mayor número de símbolos que, a veces, no son fáciles de captar a la primera.
-Incluso me ha parecido que toda la historia está premeditadamente envuelta en una visión bastante crítica de la sociedad actual. De la influencia de los demonios interiores y la complicada lucha que reclaman, con resultados ambivalentes. En eso, creo haber encontrado el motivo de estar dirigida al público ‘adulto’.
-Como anécdota significativa, diré que, a la salida del teatro, he encontrado más mini tertulias debatiendo significados y simbolismos.
-No es otra novedad. Se sigue poniendo el énfasis de la comunicación con el público en el plano emocional. Pero en esta ocasión, por lo menos a mí, me ha exigido un porcentaje mayor de pensamiento, discurso, análisis, comentario. Aceptando que la autoría y la dirección de Mikel Oregi – y de todos los miembros de Marie de Jongh – saben conducir la fuerza hacia las emociones y los sentimientos.
-En esta línea, no es menor la aportación conjunta que dan Elisa Sanz e Ikerne Giménez en la dirección artística, la escenografía, el vestuario, los colores, las similitudes y las diferencias, la atmósfera y el ambiente en general. Ya habían trabajado por separado en obras anteriores de esta compañía. En ésta, se nota que la suma es favorable.
-Tampoco es otra novedad. Adrián García de los Ojos ya había colaborado en las producciones anteriores. Pero la influencia de su música en el desarrollo de la acción, en su adecuación a las diferentes situaciones y en el apoyo a los personajes se percibe de modo eficaz.
-No se puede decir con absoluta exactitud que el elenco corresponda al de una compañía estable. Pero se acerca mucho. Ahí están Ana Martínez, Javier Renobales, Anduriña Zurutuza, Maitane Sarralde, Joseba Uribarri y Amets Ibarra. Hay un añadido novedoso. Jokin Oregi vuelve a subirse al escenario, después de bastantes años. Permitidme decir que me he fijado especialmente en él. Y que le he encontrado en muy buena forma.
-Iba a cerrar aquí el capítulo de las novedades. Pero no se puede olvidar el muy significativo ‘detalle’ de que el reconocido director escénico, Pablo Messiez, haya intervenido como ojo y acompañamiento externo.
-Puedo asegurar que a mí me ha llenado de satisfacción, esta tarde en el teatro Arriaga, descubrir todas estas innovaciones de ‘Ama’ de la compañía Marie de Jongh. Pero no me extrañaría que, si acudís, descubráis todavía más.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 5 marzo 2022 - 12:41 am
Categoría: General

David Barbero
-Voy a reiterar una afirmación, que he repetido en numerosas ocasiones. Tengo en mucha estima y alta valoración el teatro de compromiso hacia los problemas de la sociedad. El arte en general de denuncia y preocupación por las situaciones de injusticia, de discriminación, falta de equidad, mentira u opresión.
-Incluso diría que este compromiso social debería ser una constante en las artes escénicas y en el resto de las manifestaciones culturales.
-Vienen a cuento estas afirmaciones como introducción a haber acudido, esta tarde, a la sede, en obras, de pabellón 6 para presenciar el estreno de la obra ‘Rey desnudo y chico muerto’, por su compañía joven.
-O bien pensado, estas reflexiones pueden ser una consecuencia de haber asistido a ese estreno. La pieza representada constituye una defensa de las libertades en todos los aspectos de vida, y una denuncia de los ataques homófobos, tan frecuentes todavía lamentablemente.
-Deseo citar a los responsables de este proyecto por reconocimiento. Es una propuesta, reitero, de la compañía joven de pabellón 6. El promotor, autor y director es Iñigo Cobo. El elenco está compuesto por Sara Berroeta, Jon Casamayor, Itxaso Gil, Josh Ortiz de Zárate y Arnatz Puertas.
-La responsable del vestuario es Betitxe Saitua. En la escenografía, han trabajado María Casanueva y Susana Díez. La iluminación ha sido responsabilidad de Quique Gayo y Aitor García. El espacio sonoro lo ha creado Xabier Barrutia.
-Todos ellos han demostrado, también en esta ocasión, la competencia, el desarrollo profesional y la madurez que van adquiriendo, en sus respectivos campos, a pesar de su juventud.
-En el campo estrictamente teatral, me ha interesado especialmente el tratamiento del tiempo dramático en sus muy diversos aspectos. La síntesis, en 58 segundos, de los hechos originales de la madrugada de un sábado del año 2016 en el parque bilbaíno de Doña Casilda. Su expansión y su encogimiento. Para mostrar su elasticidad, pero también su consistencia. Con el fin de mostrar su capacidad globalizadora.
-Asimismo su viaje en el tiempo. Quizá mejor, la reencarnación de esos ’58 segundos’ en otros momentos de la historia. Viaje también en el espacio. Transformaciones en diferentes personas. Saltando hasta un emperador adolescente en el antiguo imperio romano. O a los tiempos de la Prusia de Federico segundo. O el aterrizaje en Japón justo tres décadas antes de que los hechos tuvieran lugar en el popular parque bilbaíno.
-A mi juicio, una demostración de las intenciones escénicas y artísticas con que se puede mostrar el compromiso para denunciar lacras que todavía existen en nuestra sociedad.
-Y una muestra del trabajo y esfuerzo de unos jóvenes teatreros en su camino por progresar y madurar en su camino hacia la profesionalización.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 3 marzo 2022 - 11:52 pm
Categoría: General

David Barbero
-Comenzaré por el final. Esta tarde, el público ha llenado absolutamente todo el teatro Arriaga para ver a Blanca Portillo interpretando ‘Silencio’ de Juan Mayorga. Y no ha hecho caso al título de obra a la hora de los aplausos finales. Han sido sonoros, apasionados y largos. Además, se ha puesto de pie para rendir un homenaje mayor.
-Una anécdota intermedia. En uno de los momentos más expresivos, emocionantes y comunicativos, – recuerdo que la obra se llama ‘silencio’ -, ha sonado un móvil y la actriz ha tenido que interrumpirse.
-Ahora, vamos al principio. No abundan los autores de teatro que son elegidos miembros de la Real Academia Española, más conocida como RAE. Se puede discrepar sobre la justicia de ese escaso número. Pero es la realidad. El autor Juan Mayorga es la excepción. Y sus muy destacados méritos le abalan en esa elección.
-Cuando tuvo que elegir el tema de su discurso de ingreso, se detuvo en la importancia que tienen los silencios en los parlamentos teatrales. Para ello, se fijó en sus propias obras y también en trabajos realizados por otros autores. Incluso, habló con directores y actores, que también coincidían en esa importancia.
-He leído declaraciones del propio Mayorga asegurando que, en el momento de escribir el texto de ese discurso, y sobre cuando lo leyó ante los otros académicos, adoptó una actitud de actor. De intérprete. Eso sucedió exactamente el día 19 de mayo del 2019.
-Con ese mismo espíritu y actitud, Mayorga contactó con su amiga, e intérprete de varias de sus obras, Blanca Portillo. La intención mutua era convertir ese discurso en un hecho teatral con todas las consecuencias. Y el autor participaría, también, como director; labor que últimamente frecuenta con asiduidad.
-Así que esta tarde, me he sentado en el patio de butacas del teatro Arriaga, por lo menos, con dos curiosidades. Por un lado, deseaba reafirmar mi convencimiento de que los silencios son tan importantes como las palabras. Además, deseaba ver cómo puede funcionar un discurso como base de un espectáculo teatral.
-Comienzo por lo segundo. Como profesor, he explicado y defendido el esquema tripartito de planteamiento, nudo y desenlace. Y lo sigo haciendo. Pero ese triple salto se puede utilizar de muchas maneras, siempre que haya inteligencia. Además, si no se deja ver, suele ser más eficaz. Así que primera curiosidad satisfecha positivamente. Incluso diría que ha quedado demostrado que un buen discurso puede ser mejorado dramáticamente.
-Sobre la importancia de los silencios, me ha interesado más la práctica que la teoría. No seré yo quien desprecie las explicaciones, aunque sólo sea porque, en parte, me dedico a eso. Pero los ejemplos de los silencios de personajes como Antígona o Bernarda Alba o Segismundo han sido muy ilustrativos. También ha resultado educativo comprobar dónde colocaban los silencios en sus obras Calderón, Dostoievski, Chejov o el mismo Samuel Becket.
-Como he dejado reflejado al comienzo, la gran triunfadora de la noche ha sido la actriz Blanca Portillo. Ha realizado una demostración de su virtuosismo interpretativo, sus matices, sus gestos, cambios de tono, registros, espontaneidad, dominio de los tiempos, habilidad para sacar comicidad donde no la hay, provocar emociones, dar agilidad incluso al texto de un discurso.
-Otra anécdota. A mi lado, estaba estado el maestro iluminador Iñaki García. Ha calificado de perfecta la labor de su colega Pedro Yagüe. Y también ha opinado que la conjunción de los elementos técnicos y artísticos ha funcionado con exactitud de relojería. Habría que añadir en el elogio a Mariano García, responsable de espacio sonoro, y a Elisa Sanz por la escenografía y el vestuario.
-Los méritos de Juan Mayorga, por la autoría y la dirección, a pesar de ser habituales, deben ser reconocidos expresamente. Ha quedado claro porqué está donde está.
-Así que, siguiendo sus consejos, a través de Blanca Portillo, pongamos aquí un silencio dramático.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 24 febrero 2022 - 11:39 pm
Categoría: General

David Barbero
-Os aseguro que me he preparado como correspondía para acudir esta tarde al Auditórium del Azkuna Zentroa de Bilbao con el fin de asistir a la representación de ‘Swimming Pools’.
-Se trata de la nueva producción de la compañía, con fama de ser muy experimental, hispano – británica Sleepwalk Collective. Ellos mismos definen la pieza como psicodélica, que combina numerosos lenguajes artísticos. Con ella, los principales creadores, Lara Solano y Sammy Metcalfe, inician un ciclo nuevo de experimentación, con prácticas y estructuras más amplias, más expansivas y ambiciosas.
-Voy a intentar describiros lo que he visto, sentido y oído con la mayor objetividad posible.
-Desde el comienzo, debes aceptar que te hallas, mentalmente, dentro de unas piscinas, como dice el título. Como si fuera una inmersión simbólica en otro mundo. Seguramente es más apropiado decirlo en femenino, porque la mayoría de las indicaciones iban en ese género.
-Una vez allí, te aconsejan participar en un videojuego. En todo momento, vas acompañada/o por las voces de cuatro narradoras – actrices – jugadoras. También eres guiada/o por una música impactante. Asimismo, recibes estímulos por luces de colores.
-Estos estímulos e insinuaciones van captando, o intentan, tu atención y llevándote mentalmente. Te atrae una coreografía contemporánea. A la vez, las voces te siguen susurrando. Los sonidos y la música se meten dentro de ti y te retumba dentro. O eso es lo que debe suceder, si sigues participando, desde dentro, en el simbólico videojuego acuático.
-Algo importante. Con el desarrollo del videojuego y las sugerencias de las guías, la sensación de temperatura va subiendo. Los cuerpos de las narradoras estás tan presentes como sus palabras en todo momento. Los sonidos llegan a un nivel todavía superior. En la dinámica de la acción ficticia, algunas jugadoras pierden y desaparecen.
-Vas pasando de una piscina a otra. En cada una, te sumerges en un mundo distinto. Y en una época del futuro. Tienes, o tendrías que tener, la sensación de llegar a reflexionar, acompañado por las guías, sobre lo que te está pasando y el camino recorrido.
-Se te presentan preguntas solemnes y vitales, con imágenes de catástrofes. Hay un retrato distópico de lo que será la tierra dentro de poco. Pero una coreografía de cuerpos jóvenes anuncia que debemos estar contentos de seguir vivos.
-Poco a poco debes ir recuperándote de los provocadores estímulos, vencer las impresiones recibidas por los sonidos, los colores, las palabras y las imágenes. Salir de las piscinas y volver a la realidad.
-No sé si, con esta descripción precipitada, os he transmitido la materialidad y también los efectos psicodélicos del espectáculo en el que he participado estar tarde- noche en el auditórium del Azkuna Zentroa.
-Me temo que mis torpes palabras no han expresado con suficiente fuerza lo acontecido. Pero os aseguro que, a mí, me ha interesado haber vivido esta experiencia artística futurista, que han auto calificado como ‘psicodélica’.

Desde la fila tres del patio de butacas
Por David Barbero | 23 febrero 2022 - 12:36 am
Categoría: General

David Barbero
-Coincido con varias opiniones que acabo de escuchar asegurando que la programación conjunta de las óperas ‘La voz humana’ de Francis Poulenc y ‘Una tragedia florentina’ de Alexander von Zemlinsky constituye un acontecimiento.
-Ese acontecimiento está teniendo lugar estos días en el Palacio Euskalduna de Bilbao, dentro de la temporada número setenta de la ABAO. Yo he asistido esta tarde-noche a la tercera representación.
-Esta positiva valoración se basa en la modernidad de estas dos piezas, teniendo en cuenta que en las programaciones de ópera abundan, muy mayoritariamente, las obras compuestas y estrenadas en el siglo XIX o antes.
‘La voz humana’ se estrenó en París en la segunda mitad del siglo pasado. Y ‘Una tragedia florentina’, en Stuttgart en 1917.
-Por esa razón, he titulado este comentario con la referencia al acercamiento a la actualidad. Es evidente que queda trecho por recorrer. Y todavía más para llegar a una posible situación ideal de estrenar las obras escritas en ese mismo momento para ser representadas ahora.
-Se da además la circunstancia de que tanto la dirección musical de Pedro Halffter como la puesta en escena de Paco Azorín caminan en esa dirección de conectar con el público actual. Potenciando asimismo las peculiaridades y calidad de cada una de ellas. ¡Ah! Sin olvidar la buena intervención de la Orquesta Sinfónica de Bilbao.
-En esta labor, han estado acompañados por la labor de Ana Garay, en el vestuario, Pedro Yagüe, en la iluminación, y Pedro Chamizo, en las video proyecciones. Todos ellos, acostumbrados a trabajar en piezas escénicas de actualidad.
-Especial mención los tres intérpretes, la soprano Nicola Beller Carbone, el tenor Giorgio Berrugi y el barítono Carsten Wittmoser, por añadir a la faceta de cantantes, la apuesta actoral para encarnar a sus personajes respectivos. En este sentido, destaca la labor de la soprano, además muy buena actriz, que asume los personajes protagonistas femeninos de ambas abras. Su apasionada y muy expresiva interpretación, sobre todo, en ‘La voz humana’ es digna de no perderse.
-Tengo conocimiento de que hay muchos y buenos aficionados a la ópera que gustan, sólo, de las obras que ellos o ellas consideran ‘clásicas’. No seré yo quien critique esos gustos. Pero también he comprobado que existen muchos partidarios de conocer y disfrutar de las composiciones hechas en fechas más recientes, e incluso en la actualidad.

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